Aborto: sí a la legalización, pero no ahora

Marcha en favor del aborto
Casi de casualidad me enteré que el 28 de mayo se presentaba en el Congreso de la Nación un nuevo proyecto de ley para incorporar al Código Penal: la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), más comúnmente llamado aborto.
El proyecto, que supuestamente fue mejorado respecto al tratado el año pasado, no incorpora un límite de tiempo para acceder a la IVE en casos de violación. Existe un relativo consenso médico de que un feto, es viable fuera del útero después de la semana 22 de edad gestacional. En ese caso, podría sobrevivir unos meses en incubadora. Pero ese no es el punto: por el tamaño del feto en ese momento, realizar un aborto conlleva un grave peligro para la salud de la madre.
Las Dras @ceci_neo @debysabatelli y @nani_neo están en el Congreso de Neonatología, donde se están discutiendo los límites de la viabilidad. Expone Dr. John Lantos, pediatra y bioeticista. pic.twitter.com/UgpfUy1uoi— LG ? (@LG_RDT) May 22, 2019
Está claro que no poner límite a las semanas durante las que una mujer puede abortar (en caso de ser fruto de una violación) sobrepasa todas las fronteras éticas. Lamento insistir en este punto, pero no es ético abortar un embarazo de 35 semanas y dejar al feto morir en una bandeja.
En materia de objeción de conciencia el panorama es aún peor: en el proyecto se asume que tal cosa no existe y que a cualquier médico que se niegue a realizar una intervención de este tipo le serán pasibles penas de cárcel. Pasó Adolf Hitler y dijo que fueron demasiado lejos en este punto.
Siguiendo con la crítica, también el timing político el en que se presenta este proyecto es algo a tener en cuenta. En mi opinión, las elecciones presidenciales de este año son muy especiales: está juego la elección de vivir en una república con valores democráticos, o en una dictadura de corte cuasi-castrista.
El proyecto del año pasado no se aprobó, entre otros motivos, por las actitudes extremas de ambas partes. Durante el debate, ninguna de las partes cedió para que el proyecto prosperara. Además, se vieron menores de edad con pañuelos celestes marchando al mejor estilo militar, y también a mujeres jóvenes, con pañuelos verdes, marchando como aquellos muchachos que marcharon sobre Roma en la década del 20 del siglo pasado.
En la última Feria del Libro, celebré que aparecieran jovencitas con pañuelos celestes porque, a pesar de estar a favor de la legalización del aborto, me harté de ver pañuelos verdes en niñatos y niñatas. Estos últimos no tienen idea de las consecuencias de la intervención médica del aborto. Tan sólo lo militan en el sentido político.
También me molesta profundamente que el tema se lo haya apropiado el sector más reaccionario y sectario del feminismo. Sinceramente, me sentía “bicho de otro pozo” en las manifestaciones pro-aborto, sin ningún otro punto que compartir con esas mujeres. Tengo una concepción liberal del asunto. Además, no soy feminista.
A las feministas más radicales que pretenden la legalización del aborto hay que avisarles que en el sistema político de Venezuela no están legislados ni el aborto ni, mucho menos, el matrimonio igualitario. Ya sé que no les importa. Sólo prevengo al lector ocasional.
Este año hay que meter presa a CFK. Señoras y señores: todo bien con el aborto, pero no ahora.