Análisis ciudadano de la Apertura de Sesiones Legislativas en el Congreso de la Nación

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El Presidente Alberto Fernandez, la Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, Claudia Abdala de Zamora y Sergio Massa

La República Argentina ha tenido su formal apertura de sesiones ordinarias del Honorable Congreso de la Nación, quien tuvo al Presidente de la Nación como protagonista principal encabezando el discurso conjuntamente con la presidenta de la Cámara Alta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente de la Cámara de diputados el Sr. Sergio Massa

Todos conocemos la penosa situación de la coyuntura social en la cual el país se ha encontrado transitando durante los primeros 81 días de gestión de gobierno de las nuevas autoridades nacionales.

En tiempos de restructuraciones, de cambios y de metas duras como los que se viven en el presente, las señales del poder ejecutivo son herramienta comunicacional cruciales para el fomento del desarrollo del normal funcionamiento de las instituciones y el clima de la sociedad.

A diferencia de los últimos discursos, donde los razonamientos eran casi meramente una expresión de buenos deseos metafóricos y versaban sobre la “luz al final del túnel”, “atravesar la tormenta” o “encarar el ajuste con alegría”, en este discurso se transmitieron atravesados distintos valores que las instituciones no deben abandonar nunca más, entre el más destacados de ellos: Seriedad y vocación por la gestión pública.

Esto es muy importante resaltarlo antes de entrar a analizar el contenido, porque hace a la esencia del gobierno, y luego se transformará en la concretización de políticas públicas que involucraran el destino de todos. Haciendo referencia a Juan Domingo Perón el Pte. transmitía su sentimiento de empatía y parsimonia manifestando de que debemos ponernos con la actitud de que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino, y a su vez en reiteradas veces recalcó que todos los argentinos “estamos subidos al mismo barco”.

Dato esencial para entender la vocación de esta gestión, es que el Presidente de la Nación además de admitir lo dificultoso de lo que será el provenir, en especial en lo que respecta a la negociación de la deuda y el orden económico productivo, manifestó que empezaron por los últimos para llegar a todos.

Asimismo, recalcó la diferencia de pérdida de poder adquisitivo entre los que menos tienen que padecieron una merma del 22% promedio y hasta los sectores concentrados de la economía que mediaron un promedio de hasta un 1% de crecimiento aun en tiempos de recesión.

Evidentemente, el poder ejecutivo dejó bien en claro que el sector productivo es el que debe reactivarse y para ello resaltó las políticas de créditos de los bancos públicos para ser impulsoras de la reactivación.

Asimismo, reconoció una leve desaceleración de la inflación en el primer trimestre del año, no obstante, puso bajo la lupa la conducta de “remarque excesiva” de los precios de parte de los distintos componentes de la cadena de producción.

El presidente de la Nación, anunció diversos proyectos de ley apuntados a distintos focos institucionales como la soberanía, la inclusión de los pueblos originarios, la perspectiva de género, etc.

Pero lo que importó un aplauso masivo de pie tanto en el interior del recinto, como en las afueras donde se alojaban las multitudes de personas que se encontraban escuchando el discurso, fue cuando el Presidente de la Nación anunció que en 10 días enviará al Congreso un proyecto de ley para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo.

Finalmente, se hicieron alusiones a una investigación revisionista del destino de la colocación de deuda a fin de poder muñir con transparencia el “para qué de la misma”.

Concluyentemente, este discurso ha sido un discurso lleno de “entes”. Ha sido solvente, coherente, convincente, congruente a la realidad, renuente a generar gasto público innecesario, suficiente para el momento.

El discurso fue digno de la investidura presidencial, abarcativo e incluyente. Apropiado para una gestión que tan solo lleva 81 días. Sensato para dar buenas señales hacia afuera y adentro.

Lo demás será contrastarlo con la realidad.

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