Buscando salir del síndrome de la corrupción argentina
Tensión en el campo de la estética del cuerpo y libertad de la palabra escrita.
¿Revertiremos tendencias de corrupción de nuestra cultura?
Es el machismo o es la corrupción naturalizada como cultura.
Escribir «la mujer» como objetivo a ser el baluarte de la cultura, tal vez es otra forma de «objetivacion» y «cosificación» de las distintas mujeres y maridos. Si tuviese que escribir sobre la libertad de la mujer, tal vez tendríamos que permitir además de las leyes sobre equidad de género, la liberación de todo preconcepto mediante la libertad de formas que nos fue regalada por Dios en el formato de opinión de la libre expresión escrita, con la tranquilidad de que ya estamos siendo juzgados por algo de nuestra identidad o similar, a veces sistemicamente.
Tal vez le estamos poniendo un molde y un esquema a la realidad más profunda de la existencia, ya no se trataría de Mónica y Magdalena, ni de liberar a la vecina de al lado del marido violento… ¿Que pasa con nuestro vocabulario que para defendernos de la corrupta discriminación de la cultura que entramos en el juego de ponerle una definición de manual que se puede negociar y controlar?. Yo me pregunto que libertad y que liberación puede haber gracias a un concepto, ¿Que significa «la mujer»?. La mujer de Jorge?, la mujer referenciada a «los varones»?, la mujer como mito y tótem de fecundidad?. Para eso existen las mujeres? , para fecundar?.
Y si aspiraramos al ideal de libertad de formas para pensar y expresarnos equitativamente todos?. Lo que no significa independencia de todas las formas, ni de las escritas, ni de las otras.
¿La expresión política de «la mujer», es mayor o menor expresión cuando se conceptualiza?. Tal vez, a la hora de hablar de «autocrítica» como Pueblo, tendríamos que evaluar cuales son los conceptos que nos aprisonan: por ejemplo «país» en vez de República, «religión tal o cual» en vez de persona con fe y esperanza, «militante de tal o cual partido» en vez de ciudadano responsable ante el gobierno democrático, heterosexual-gay-lesbo-trans-
Si nos identificáramos con tal o cual «colectivo» al que sentimos pertenecer, no deberíamos a su vez ser conscientes que los que no están identificados conmigo, tal vez son más merecedores que yo de toda la «herencia cultural» que yo recibí (por equidad), y que una república representa la justicia de defender un Estado con la «justicia social», de descubrir, «las libres formas», del ser, de nuestra convivencia, libremente?.
Tal vez la estética uno de los problemas que tiene es que no es para todos por igual, y por no ser entendida choca y agrede a algunos/as. Tal vez cuando vemos imágenes sobre los cuerpos humanos vinculados a las marcas de consumo masivo, o discursos colectivos que no nos representan, o «enterarnos» de hechos que repugnan a la sensibilidad de los derechos humanos y de «argentino honesto», por ejemplo funcionarios que delinquieron, eso nos hace sentir disgregados.. tal vez está disgregación no obstaculiza el libre curso a la corrupción en la cultura.
Cuando una persona no puede interpretar y entender su realidad, tal vez pierde un poco el sentido de su vida, y su capacidad de ser un ciudadano libre, responsable y «responsabilizador» (exigente, que no se deja abusar, que reclama, que se organiza para defender «sus» derechos). Tal vez la comprensión de lo que nos pasa individual y colectivamente, y poder expresarlo-comunicarlo y encontrarse con otros (diálogo, «dos entendimientos que se encuentran»), revierte la espiral de corrupción aportando sentido a la existencia y a la existencia de otros ciudadanos.
Tal vez la antítesis de la corrupción no es la ética punitiva sino la formación de sentido de la vida individual y colectivo. Tal vez las formas de «sana convivencia» no estén lejos…; tal vez si la «libre forma individual» es también colectiva, va a ser colectiva e individual, pero si la libre forma es colectiva pero no es también individual, podría llegar a ser colectiva, pero no individual.