Camino hacia un país más democrático y justo
Finalmente llegó el día donde se terminaron las especulaciones y las operaciones mediáticas, llegó el día en el que el pueblo argentino fue a votar y reflejó a lo largo y ancho del país que estamos listos para otra Argentina. Para un país inspirado en el diálogo, en el trabajo en equipo y en el respeto al que piensa diferente. También nos animamos a dar un paso hacia una nueva provincia de Buenos Aires y estoy seguro que veremos muchos cambios profundos en poco tiempo. Se dio el batacazo amarillo y se terminó el relato del kirchnerismo hegemónico.
Esta fue una campaña ganada no sólo por un equipo tremendamente profesional en lo técnico, sino especialmente por los millones de voluntarios que convencidos de que podemos vivir en un país mejor donaron horas y días de su tiempo entregando boletas, armando reuniones, difundiendo y fiscalizando. Esta fue la victoria de un equipo convencido de que quiere vivir en otro tipo de país y ahí radicó la fuerza de la propuesta.
Varias intendencias van a tener una gestión bajo un nuevo signo político, los concejos deliberantes se van a ver teñidos de un nuevo color y esto, naturalmente, también representa un gran desafío. Está en nosotros, en cada uno de los candidatos y miembros de este equipo no repetir los errores del pasado y recordar que los cargos públicos son “prestados” por el pueblo para servirlos con excelencia, probidad y prudencia. No tengo dudas de que veremos muchos casos de éxito de gobiernos discretos, respetuosos de sus gobernados y eficientes.
Pero lo que más me emociona es lo que está por venir, la segunda vuelta donde tenemos que trabajar codo a codo junto a quienes prefirieron en primera vuelta a otro candidato a presidente, sea Massa, Margarita, Del Caño, el Adolfo o al voto en blanco. Tenemos que tener mucha prudencia, respeto y compasión para que sus votos puedan llegar al candidato que puede terminar con tantos años de populismo y autoritarismo en Argentina.
Lo que más me esperanza del resultado de ayer es que una y otra vez se subestimó a los votantes. Más allá de las mentiras y las operaciones mediáticas que se impulsaron en estos últimos tiempos, más allá de cualquier “aparato”, la gente sabe que estamos ante la posibilidad de vivir en un país distinto y eso es más fuerte que cualquier otra cosa. Porque la esperanza del cambio no se puede comprar, fabricar ni comparar con una épica inspirada en el odio, el resentimiento y la mentira.
Ha sido una jornada histórica y hemos logrado algo que muchos pensaron imposible. Ahora viene la parte más linda, terminar de consagrar a Mauricio Macri presidente de todos los argentinos.
Espero que hayan descansado, aunque sea un poco, porque desde hoy arranca la carrera final para que tengamos un país mejor.