Carta abierta de un padre a un joven de 15 años
Querido hijo,
¿Cómo estás? ¿Cómo has empezado el año? Espero que ande todo bien. Habiéndote ya deseado lo mejor para este 2016, te escribo ahora para comentarte un par de cosas que han sucedido en estos últimos años, cosas de las cuales sé que te enteraste porque las vivimos juntos. Cuando leas esta carta, seguramente esté de viaje en el exterior.
Cambiaste mi vida, y sé que, tal vez, tus amigos y demás conocidos (con los que te has venido cruzando últimamente), cambiaron la tuya. Te esperaba con muchas ansias; más bien, todos en la familia te esperábamos de la misma manera. Sos el primero de nuestros hijos y estamos orgullosos de vos. Ahora dejaste de ser un niño y te vas a convertir en un hombre. Por eso creo que tengo que confesarte -aunque me odies un poco- un par de cosas que no pueden faltar en tu cabeza.
Como sabrás, nuestra querida Argentina está cerca de cumplir los 200 años de historia; has visto sólo 15 de esos años, de los cuales 3 son de juego y alegría, y los siguientes 12 pasaron como si fueran uno solo. Desde antes de que nacieras (más precisamente desde 1994) existe una ciudad capital, que hoy disfrutas casi sin darte cuenta. Han pasado hasta el día de hoy 5 administraciones distintas. Quizás no recuerdes grandes movimientos y cuestiones políticas que llamen tu atención; está bien, yo tampoco.
Hace 12 años un tal Mauricio Macri y su colega y confidente más cercano, Horacio Rodríguez Larreta, vienen gestionando juntos esa ciudad. A Mauricio nadie lo conocía más que por su padre y por el fútbol. ¿Qué se yo? Terminó ahí haciendo política. Haciendo Buenos Aires decía; no sé por qué si Buenos Aires ya estaba hecha… el tema es que nadie lo había notado.
Para colmo, al mismo tiempo, un señor que vos conoces como a tus padres (para mí, uno más en estos 200 años), vino desde el sur con su esposa prometiendo la mejor política de todas para este país. ¿Qué te parece? Te gusta. Néstor y Cristina. Así piden que los llames. Así los llamas vos, así los llamamos todos, como a mamá y a papá.
Estos 12 años, y más precisamente estos últimos ocho, te he visto crecer, vi el hombre en el que te convertiste. Vos me pedís que te deje solo, que ya sos grande, y que tu mamá y papá políticos ya te enseñaron a pensar, casi tanto como yo y tu madre. Que ya podés con casi todo; pero a mi me parece que te llevás todo por delante como ellos te enseñaron, y la verdad es que crecer no es lo mismo que aprender. Es mi humilde aporte para vos con esta carta.
Para colmo, quien estaba gobernando la ciudad hace ratito nomás pasó a controlar la Nación, y no conoces otro nombre mas que los que te mencioné. Mauricio, Horacio, Néstor y Cristina. ¡Cómo estaré yo que tengo que memorizar todos éstos!
KIRCHNER, Cristina; KIRCHNER, Néstor; DUHALDE, Eduardo; DE LA RUA, Fernando; MENEM, Carlos Saúl; ALFONSIN, Raúl Ricardo; BIGNONE, Reynaldo; GALTIERI, Leopoldo Fortunato; VIOLA, Roberto Eduardo; VIDELA Jorge Rafael; MARTINEZ de Perón, María Estela; PERON, Juan Domingo; CAMPORA, Héctor José; LANUSSE, Alejandro; LEVINGSTON, Roberto; ONGANIA, Juan Carlos; ILLIA, Arturo Humberto; GUIDO, José María; FRONDIZI, Arturo, y otros tantos que no puedo recordar.
¡Ya me hice un lío en la cabeza! Me parece que te voy a prestar un libro de historia de tu abuelo que a mí me ayudó muchísimo. Para concluir esta carta, espero que la pases muy bien en tu comienzo de año. Yo lo recibo en Europa y, como bien sabes, trabajo mucho. Pero vos te quedás con mamá hasta febrero de vacaciones en Buenos Aires, así que te veo pronto. CUIDATE.
Un abrazo. Te quiero mucho. Papá.-