CGT: Fisuras puertas para adentro
El clima en la cúpula de la CGT se puso al rojo: el cotitular de la CGT Carlos Acuña faltó a la reunión que la central obrera mantuvo el jueves con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) porque estaba en desacuerdo con la decisión de sus colegas de haber sumado al encuentro al dirigente social Esteban Castro, líder de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) e integrante del Movimiento Evita.
No es el único motivo de discrepancia: Acuña también rechaza la fuerte influencia del kirchnerismo en la organización del acto virtual del 17 de octubre en la CGT y por eso prefirió dar un paso al costado en los preparativos de la celebración en la sede de Azopardo 802, en la que hablará Alberto Fernández.
No es la primera vez que Acuña se diferencia de sus pares de la cúpula cegetista. El dirigente, que lidera el gremio del personal de estaciones de servicios, está alineado con Luis Barrionuevo y, al igual que el jefe de los gastronómicos, opina que los movimientos sociales (“los piqueteros”, como los llaman) no deben integrarse a la central obrera ni participar de las mismas reuniones porque representan intereses diferentes.
Aun así, Acuña estuvo en la reunión que la CGT mantuvo el 27 de agosto pasado con movimientos sociales, en la sede de la UOCRA, pero fue uno de los dirigentes gremiales que reclamó mantener bloqueada la incorporación de la UTEP (el sindicato que agrupa a los trabajadores de la economía popular) a la central obrera.
Pero el malestar del líder de los “estacioneros” contra los movimientos sociales se acrecentó en las últimas semanas por un motivo adicional: su esposa es Blanca Cantero, la intendenta del partido Presidente Perón, distrito donde desde julio pasado se mantiene la toma de unas 100 hectáreas en Guernica y diversos movimientos sociales quedaron bajo la lupa como presuntos instigadores de la usurpación de tierras en varios municipios bonaerenses.
Incluso el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, denunció que el Movimiento Evita estaba detrás de la toma de terrenos en el Gran Buenos Aires, algo que referentes de ese grupo, como Fernando Navarro y Emilio Pérsico, funcionarios del gobierno nacional, lo negaron y hablaron de “acusaciones insólitas”.
Por eso Acuña estalló de bronca cuando sus colegas de la CGT decidieron a último momento sumar a Esteban Castro, líder de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita, a la reunión con la misión del FMI. Dicen que se opuso, discutió y, al comprobar que su posición era minoritaria, directamente faltó al encuentro del jueves pasado.
Acuña protagonizó otras peleas con sus pares sindicales: en julio pasado, se quejó en forma destemplada en el grupo de WhatsApp cegetista de que el Gobierno no lo había invitado a la Quinta de Olivos para la reunión de Alberto Fernández con los empresarios del Grupo de los Seis y Héctor Daer, el otro cotitular de la CGT.
En 2018, hizo duras declaraciones contra Daer por una movilización contra el gobierno de Mauricio Macri, impulsada por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, que el sector dialoguista de la CGT no quería hacer. “Algunos dirigentes se creen que son artistas de televisión. Faltan al consejo directivo y van a hablar mal de la CGT a la tele. Responden a otros intereses, antes le decían carneros”, dijo en alusión al jefe del Sindicato de Sanidad.
Una paritaria trabada
Las fuertes diferencias con el resto de la cúpula de la CGT no es el único conflicto que atraviesa Acuña: su gremio es uno de los 18 que aún no pudo cerrar su paritaria anual, mientras algunas cámaras lo acusan en privado de haber pactado un aumento con un sector patronal minoritario y pretender aplicarlo al resto de la actividad.
La trabada negociación podría demandar la intervención del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, porque se trata de una paritaria importante en la que, luego de ocho audiencias, persiste el desacuerdo por una diferencia mínima.
La próxima reunión entre las partes se realizará el 20 de este mes, pero lo que frena las discusiones salariales, según fuentes empresariales, es la exigencia del Sindicato de Obreros, Empleados de Estaciones de Servicio y GNC, Garages, Playas de Estacionamiento y Lavaderos (SOESGYPE) de aplicar al resto del sector el acuerdo alcanzado con una sola de las cámaras, la Federación de Entidades de Combustibles de La Plata.
El entendimiento al que llegó con una “cámara amiga”, como la califica la mayoría de los empresarios, consistió en un incremento salarial del 12% en tres tramos de 4% cada uno, más la incorporación al básico desde agosto de los $4000 que otorgó el Gobierno por decreto y una claúsula de revisión en noviembre. En total, llegaría al 22%.
El sector empresarial más representativo (agrupado en la Confederación de Entidades Comercializadoras de Hidrocarburos y Afines, Cecha) fue mejorando la oferta inicial y terminó ofreciendo el mismo porcentaje y durante los mismos meses, pero sin cláusula de revisión y con la incorporación de los $4000 al básico desde enero de 2021. Aunque la diferencia es mínima, el sindicato que lidera Acuña lo rechazó y habrá una nueva audiencia entre las partes el lunes próximo. Si se frustra, amenazan con medidas de fuerza.
“Estamos muy cerca de lo que pide el sindicato, pero Acuña debería entender que estamos en una situación de pandemia y que eso produjo una caída del 25% en la actividad de las estaciones de servicio en todo el país”, afirmaron empresarios que participan de las negociaciones salariales y que recordaron que la paritaria 2019 se cerró con un aumento del 57% anual, una de las paritarias récord del año pasado.
Sin embargo, según las cámaras del sector, “ahora estamos pagando sueldos gracias al programa ATP del Estado y algunos han tenido que vender propiedades o sacar créditos para sostener las estaciones de servicio: no es que hayamos dejado de ganar sino que estamos perdiendo plata todos los meses, pero sin cierres ni despidos”.
Las mismas fuentes destacaron que les llama la atención que en las paritarias de los últimos años Acuña “acuerda siempre primero con la FEC, que es minoritaria, y luego quiere imponer ese aumento al resto de las cámaras”.