Chavismo: repudio internacional después de un asesinato
El asesinato de un militar arrestado en Venezuela por un presunto plan para derrocar y asesinar a Nicolás Maduro desató una ola de rechazo internacional y llamados a la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas a investigar el caso que mancha una vez más al chavismo.
Estados Unidos, el Grupo de Lima y la Unión Europea emitieron comunicados condenando el fallecimiento del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, la madrugada del sábado, respaldando a dirigentes opositores venezolanos, familiares del oficial y organizaciones de derechos humanos que denunciaron «salvajes torturas».
Washington «condena el asesinato y la tortura» de Acosta «bajo la custodia de los matones de Maduro», señaló un comunicado del Departamento de Estado, que pidió a las «democracias del mundo» unirse para presionar al gobierno socialista. «Este acto de barbarie nos debe llevar a la acción», indicó el texto. John Bolton, asesor de seguridad de la Casa Blanca, responsabilizó a la dirección de contrainteligencia militar venezolana (DGCIM).
Antes, en una declaración conjunta, el Grupo de Lima urgió a «actuar sin dilación» a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sumándose a un pedido del Parlamento local, de mayoría opositora.
La Unión Europea también pidió «una investigación completa e independiente», para el chavismo, considerando que el hecho demuestra «falta de garantías» a los derechos de los detenidos.
Acosta murió «torturado salvaje y brutalmente», expresó en un video en redes sociales Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países.
Por separado, los gobiernos de Francia y Alemania también se expresaron al respecto. La portavoz del Ministerio francés de Exteriores señaló, en declaraciones a la prensa, que «garantizar la integridad física de los detenidos es responsabilidad de cualquier Estado», y que «la tortura y otros tratamientos crueles, inhumanos y degradantes constituyen una violación de los derechos humanos». A su vez, la vocera del Ministerio de Exteriores de Alemania exigió a las autoridades venezolanas, en nombre del Gobierno alemán, «esclarecer rápida y exhaustivamente las circunstancias de la muerte mediante una investigación independiente».
Según activistas de derechos humanos, el capitán había sido presentado el viernes ante tribunales en una silla de ruedas con «graves signos de torturas».
El ministerio de Defensa apuntó este domingo en un comunicado que Acosta «se desmayó» durante la audiencia y que el juez ordenó trasladarlo al hospital militar de Caracas, donde falleció. No mencionó «torturas».
Acosta fue detenido por el chavismo el 21 de junio, acusado de planificar un «golpe de Estado» que fue frenado. En ese momento, Bachelet estaba de visita en Venezuela, donde instó a liberar a opositores presos.
Confirmando la muerte del oficial, el fiscal general venezolano, el oficialista Tarek William Saab, anunció una investigación «exhaustiva» sin hacer referencia a las denuncias de torturas.
La muerte de Acosta se une a otras de opositores arrestados, ocurridas en los últimos meses. El concejal Fernando Albán murió el pasado 8 de octubre tras caer desde el décimo piso de la dirección del Servicio de Inteligencia. El gobierno asegura que se suicidó, pero la oposición denuncia que fue arrojado tras fallecer torturado en un interrogatorio. Un líder sindical, Ángel Sequera, murió estrangulado por otros presos en el estado Bolívar, según la Fiscalía.