Sanciones para quienes ensucien la CABA con cigarrillos

Colillas de cigarrillo en las calles

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó finalmente este jueves 10 de diciembre una normativa que establece la prohibición de arrojar filtros o colillas de cigarrillos en la vía pública y que promete castigar a quienes incurran en esa conducta con multas de irán desde 642 a 14.980 pesos, además de que se verán obligados a cumplir con diversas acciones de ayuda comunitaria vinculados con el medio ambiente.

La medida se dispuso luego de que semanas atrás se estableciera la prohibición de fumar en parques de juegos infantiles. El proyecto aprobado este jueves había trascendido hace unas semanas, y fue impulsada por el diputado del GEN Sergio Abrevaya.

La nueva norma introducirá modificaciones al Código de Faltas de la Ciudad, estableciendo que quienes incumplan la ley sean sancionados con una multa económica que oscilará entre las 30 y 700 unidades fijas, lo que a valores actuales significa sumas que irán desde los accesibles 642 pesos del «piso» a los ya más duros 14.980 pesos del «techo«.

El castigo no será meramente económico, sino que se promete obligar a los infractores a cumplir con trabajos comunitarios, que estarán apuntados a temas vinculados con cuestiones ecológicas y la preservación del ambiente, mientras que también podrá ordenarse que deban asistir a cursos especiales de capacitación, siempre en materia ambiental.

Al respecto un trabajo de la Asociación Civil Eco House, una de las organizaciones con más voluntarios en la República Argentina, señaló que en un relevamiento hecho en este mes de diciembre, durante un lapso de dos horas en un día laborable y en un radio de tan solo cuatro manzanas del microcentro porteño, se levantaron más de 10 mil colillas de la vía pública.

La organización también destacó que anualmente se descartan cuatro mil quinientos billones de colillas, lo que las convierte en el residuo más arrojado en la vía pública del mundo entero.

«Esto ocasiona un daño que va más allá de la salud individual de las personas, ya que afecta directamente a nuestro entorno, perjudicando el suelo, el aire, el agua potable, los océanos, la biodiversidad, el turismo y el ecosistema urbano«, sostuvo Abrevaya al defender su proyecto, finalmente aprobado. Queda ver si en los hechos la nueva normativa puede aplicarse con asiduidad, para cumplir el objetivo de concientizar sobre el daño al ambiente que significa tirar esas colillas en las calles porteñas.

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