Columna encriptada: Vigilancia a las criptomonedas
Bajo la mirada de “El Gran Hermano”, novela de George Orwell publicada en 1984, se representa el todopoderoso bajo cuyos cuerpos vigilan a cada ciudadano en todo momento y lugar.
En este caso es la administración pública la que mantiene bajo su atenta observancia a sus ciudadanos, a través de las transacciones que realizan, y en este caso, parece estar vigilando de cerca al espacio de las criptomonedas. Por ejemplo ahora los intercambios de criptomonedas en Argentina están obligados ahora a entregar datos en archivos a los funcionarios fiscales.
A tal fin, se requerirá que los intercambios compartan detalles de todas las cuentas, que se identifiquen clientes y presenten los saldos asociados con las cuentas a la Administración Federal de Ingresos Públicos en Argentina (AFIP), a través del formulario 8126.
Las personas interesadas deberán enviar archivos durante un mes, antes del día quince del mes siguiente. Y en este punto es clave indicar algo, justamente para evitar este régimen informativo, muchas personas están volcando sus operaciones con criptomonedas a exchanges extranjeros u operaciones P2P (persona a persona), como Airtm y Paxful.
Quedando así fuera del ojo vigilante de “El Gran Hermano”, quien cree tener todo bajo su dominio. Ahora bien, la AFIP no es el único organismo que está imponiendo los impuestos a las criptomonedas: a nivel internacional, el Internal Revenue Service de Estados Unidos (IRS) ha sido particularmente proactivo en la recaudación de impuestos, ordenando intercambios como el de Coinbase para archivar datos sobre clientes.
Hace solo unas semanas, el organismo estadounidense lanzó una nueva operación para encontrar evasores de impuestos. Cualquiera que sea atrapado en esta situación potencialmente enfrentará una pena de cárcel, dijo en ese momento el Jefe de la División de Investigación Criminal del IRS, James Lee.
La AFIP no es el único organismo oficial Nacional en Argentina que posó su interés sobre las monedas digitales: tanto el Banco Central como la Comisión Nacional de Valores y el ente antilavado de la Unidad de Información Financiera (UIF), tienen bajo su radar a las criptomonedas.
Respecto al Banco Central de la República de Argentina (BCRA), había solicitado a los bancos que informen quiénes de sus clientes operaron con alguna criptomoneda, tanto a nivel local como en el exterior, en principio, con el objetivo de evaluar si es necesario aplicar una regulación. La información requerida por el Banco Central inicialmente debía ser presentada el 7 de abril.
Sin embargo, las cámaras bancarias como la Asociación de Banco Argentina (ABA), la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPRA) y la Asociación de la Banca Especializada (ABE) solicitaron la postergación.
Si bien los bancos no venden criptomonedas por ahora, podrían identificar, por ejemplo, cuando un cliente transfiere dinero a una cuenta bancaria perteneciente a un exchange.
De esta forma, el Banco Central estaría recabando el ecosistema y proponer una futura regulación al respecto. Y así, “El Gran Hermano” una vez más, pone su mirada sobre los ciudadanos y sus transacciones, sin preguntarse cuestiones de fondo tales como ¿Por qué se prefiere esta forma de intercambio a la tradicional? ¿Qué impulsa a las personas a refugiarse en nuevas formas de reserva de valor distinto a las tradicionales?
Simplemente busca ser el guardián y guía de nuestras decisiones financieras, olvidando que cada imposición que lleve adelante; conlleva un guiño para que alguien más astuto encuentre distintas formas de escape a esta vigilia. Incluso métodos que la misma ley otorga, nada fuera del mismo sistema que busca regular en vez de ser proactivo y otorgar mejores versiones de sí mismo al vetusto sistema tradicional.
Para terminar de rematar, y en medio de todo este panorama, el oficialismo presentó en diputados un proyecto de Ley para regular estos activos. De esta forma, el embate gubernamental que está sufriendo el Bitcoin; lleva a pensar que la aprobación estaría a la vuelta de la esquina.
Argentina ha estado atravesando una ola de adopción criptográfica en los últimos años, impulsada en gran parte por una crisis de deuda (el Gobierno tiene una carga de deuda de alrededor de 323 mil millones de dólares, y la negociación está abierta tanto con el FMI y el Club de París).
Por otro lado, y para poner en contexto el fenómeno del que hablamos, la casa de intercambio local Rippio ha crecido a un ritmo rápido dada la creciente demanda de activos digitales, adquiriendo recientemente al intercambio brasileño Bitcoin Trade. Argentina viene atravesando históricamente problemas económicos. La tasa de inflación del 46,3% se encuentra entre las más altas del mundo, algo que la pandemia de coronavirus ayudó a intensificar.
En el contexto de devaluación local, muchos han recurrido a activos digitales como Bitcoin para preservar sus ahorros. Y dado que el ojo de “El Gran Hermano” que todo lo ve (pero que no resuelve los problemas de fondo) la mirada sobre el mundo cripto se vuelve crítica.