¿Cómo impacta el aumento de precios en el salario?

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La flotación sucia anunciada por el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, ha generado diversas controversias acerca de las consecuencias negativas que pudiera traer aparejadas en la población. Sin embargo, pese al esfuerzo y los fantasmas, el dólar no llegó a $20 como algunos presagiaban, sino que el primer día abrió a $15, pero inmediatamente bajó a $14,50, llegando al día lunes a $13,10. Pero como bien dijo el ministro, la cuestión no es saber el valor del dólar, sino el valor del peso, o en este caso, el valor de los bienes en pesos y los precios de esos bienes.

Desde el día que se anunció esta medida, los precios no han sufrido modificaciones al alza, ya que se habían incrementado en los días previos. Hay precios que han bajado, como materiales eléctricos importados y de construcción, y medicamentos (que cotizaban a dólar blue debido a las barreras a la entrada). En cambio, los bienes que tenían cotización a dólar oficial, mayoritariamente productos provenientes de china, han visto incrementar sus precios entre un 5% y un 10%, al igual que los aparatos tecnológicos.

Pese al esfuerzo de economistas referentes de la gestión anterior, la variación en el manejo del tipo de cambio (más libre y único) no generó una modificación en el poder adquisitivo de los argentinos. Aquellos paisanos que tenían pensado un viaje al exterior estarán contentos con el valor del dólar a $13,10 y con la eliminación de las restricciones de compra. Quienes compraban dólar ahorro, en parte no, ya que actualmente cuesta $1,60 más que antes de la modificación. Sin embargo, la posibilidad de comprar mayor cantidad, puede cambiar esa perspectiva negativa. Los que compraban dólar blue o ilegal realmente están contentos por la variación y la quita de restricciones a las cantidades, además de poder adquirir moneda extranjera en cualquier banco comercial.

Pero aquellos que sólo piensan en consumir para vivir al día, que son la mayoría de los argentinos, no se tienen que preocupar: no se registraron variaciones en los precios de la canasta básica a partir del anuncio. Y si hay quienes dicen que perdiste el 40% del poder adquisitivo de tu salario, no solo te mienten, sino que, además, piensan más en dólares de lo que cualquier argentino lo haría. El poder adquisitivo (la capacidad de compra en una cantidad de productos) en pesos argentinos se mantuvo estable. Sólo basta con ir al supermercado y registrar los precios previos al anuncio, y los actuales.

Pese a todo esto, no hay que dormirse en los laureles: es conocido el recorte en los subsidios, y, por ende, un aumento en las tarifas de los servicios públicos. También, está anunciado un aumento en las tasas de interés: quienes tengan que pagar préstamos o deudas con la tarjeta de crédito, se verán afectados en una amplia cuantía, gracias a esta modificación. Para aplicar ambas políticas, se debería pensar en quiénes se afecta, para luego poder determinar un esquema progresivo de aplicación: quien más tiene, más debe sufrir el aumento en las tarifas y en la tasa.

Otro anuncio polémico del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, es la imposibilidad de pago de cualquier tipo de bono de fin de año o navideño, justo en el momento en que los sindicatos están negociando el pago de los mismos con las cámaras empresarias. Es peligroso este tipo de anuncios, porque los sindicatos, reclamando un derecho adquirido, pueden llegar a parar y desabastecer al país entero. Además, abre la posibilidad de que se exija, de una buena vez, el cumplimiento del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, reformada en el año 1994: “El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital y móvil; igual retribución por igual tarea; participación en las ganancias de la empresas con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleo público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial (…)”.

Esto no habilita la crítica despiadada y constante al nuevo gobierno. La gestión es prueba y error, y los ciudadanos debemos ser correctores de las fallas del nuevo gobierno, pero de forma constructiva. Decir, a menos de un mes de gobierno, que se viven tiempos de ajuste brutal, es sólo una calumnia barata y una descalificación a la gestión del gobierno anterior, la famosa “herencia” que cita recurrentemente el gabinete del nuevo gobierno.

El cambio brusco o shock generado por el gabinete económico es cuestionable por la forma, y no tanto por la afección a una clase determinada, ya que eso, por el momento, no ha ocurrido. Se sabe que los economistas que no abrazamos las “neo” economías, no apoyamos este tipo de cambios, ya que son regresivos y afectan a los que menos tienen (y benefician a los que más poseen). La vieja teoría del derrame no ha funcionado en la historia de la humanidad y, en los últimos años, la concentración de la economía mundial en manos de los que más tienen se ha profundizado.

Pero hay que esperar los resultados de estas políticas y no fanatizarse. En economía, los fanatismos no sólo son malos, sino peligrosos y destructivos en casi todos los casos. Y las expectativas en economía son fundamentales: expectativas generales de mejora traerán, por lo menos, un alivio y una calma a este mar furioso, denominado Argentina.

 

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