«Con miedo votas mejor»: una campaña sin ganadores
Aterrizó Joao Santana y cambió la campaña, queriéndole imponer miedo. El gurú de marketing del PT brasilero convirtió un mensaje de fe y esperanza en folletos que buscaron generar una dicotomía – “tus derechos o Macri”-. A su vez, se sucedieron tweets de ministros que pedían que “pienses bien tu voto”, porque, si Scioli es presidente, los 12 centros de radioterapia creados por el actual gobierno iban a continuar – presumiblemente si ganase Cambiemos, no –.
Muchos de los logros sociales de esta década se consiguieron a través de leyes sancionadas por el Congreso, que no pueden ser derogadas por el Ejecutivo, aunque ésta fuera su intención. Y no, Macri en los 90 era el presidente de Boca Juniors y tenía poco que ver con la política nacional (estoy bastante segura de que es el propio Scioli quien defendió la privatización de YPF durante el gobierno de Menem). Tampoco va a desfinanciar al CONICET, ni sacarte tu casa. De hecho, como ingeniero, es un gran creyente en el desarrollo científico y quiere duplicar el porcentaje del PBI destinado a ciencia, tecnología e innovación, para que seamos más competitivos en la sociedad del conocimiento del siglo XXI. ¿Y los planes para viviendas? La propuesta oficial consiste en urbanizar las villas, dándoles papeles a quienes tienen una casa sin escriturar, además de entregar un millón de créditos hipotecarios a 30 años que se financiarán con fondos de la ANSES. Quienes los reciban, tendrán una cuota mensual parecida a la de un alquiler. Si es verdad que va a devaluar, también lo va a hacer el Frente para la Victoria, pero dudo mucho que quiera matar a la mamá de Bambi o a Mufasa.
Este cambio de estrategia por la de contagiar miedo se debió, evidentemente, al inesperado triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, y a un resultado electoral decepcionante. Un resultado muy parejo, en una elección que buscaban ganar en primera vuelta, requirió un cambio de estrategia, y la que parece haber utilizado el oficialismo es la de infundir miedo en la población, presentando una caricatura de Macri (¿Mr Burns de Los Simpsons?) como el candidato del ajuste y la crueldad. Por supuesto, muchas de las acusaciones son falsas y no creo en absoluto que vayan a hacer mella entre los votantes más tradicionales del Pro o los Radicales. Pero esta campaña negativa, que apeló a la desconfianza y al miedo hacia “la derecha” (presente en algunos sectores de la población), pudo haber sido útil como táctica para buscar votos dentro del 21% que votó a Massa. Si bien éste último se opuso al kirchnerismo más duro, puede sentirse cercano a Scioli por sus raíces peronistas.
A pesar de los claros guiños de Massa hacia Macri, no debiera el próximo presidente ser elegido en base al miedo. Creo que los esfuerzos de Cambiemos por llevar a cabo una campaña inclusiva y de tono conciliador, de hecho, funcionaron. El optimismo, globos incluidos, ha ganado adeptos entre los votantes independientes. Hay que esperar hasta hoy, domingo a la noche, para saber qué decidirá la gente. Como argentina espero que, más allá del eventual ganador, podamos elegir a nuestro próximo presidente teniendo presente un proyecto de país en el que podamos creer. El miedo y la mentira no han conducido a ninguna parte.