Concordia: rompieron la cuarentena para festejar un cumpleaños
Desde el sábado a la noche, momento en que empezaron a circular fotos y videos por redes sociales, que en la Ciudad de Concordia no se habla de otra cosa. No es para menos. Las imágenes muestran a un grupo de personas bailando y haciendo el famoso “trencito” con cascos de motos. Pero no es grupo cualquiera: se trata de varios funcionarios que violaron la cuarentena para festejar un cumpleaños.
De acuerdo con el último parte epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, la provincia de Entre Ríos registró 15 nuevos casos de coronavirus y llegó a los 86 infectados. En la ciudad de Concordia, la segunda más importante después de Paraná, se registró un nuevo caso de COVID-19 este fin de semana y, en total, suman dos.
Entre las invitadas, según la información que brindan los medios locales, estaban la Directora del Centro de Convenciones de Concordia (María Paz Bonelli) y la Jefa del Área Logística de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Mercedes Pérez) que, pasando por alto las normativas vigentes, decidieron participar del festejo. “Se re picó en el templo”, decía una de las imágenes que se viralizaron. Otra bromeaba: “Se cayó Camilo”. Aunque en las fotos que se filtraron no se las ve, las mujeres fueron parte del evento. En comunicación con un diario digital de Entre Ríos, la mamá de uno de los asistentes a la celebración se mostró afligida por el accionar de su hijo. «Se equivocaron”, apuntó la mujer.
Tras hacerse eco de la situación, el intendente de Concordia emitió un extenso comunicado que luego publicó en sus redes sociales. “Este domingo confirmamos que dos funcionarias municipales incumplieron las normas de prevención vigentes en lo que refiere a la realización de reuniones sociales, participando de la celebración de un cumpleaños junto a un grupo de amigos. Si le decimos a la ciudadanía que son momentos de extremar precauciones y cuidarnos aún más, nuestros funcionarios deben ser portadores y ejemplo de este mensaje de responsabilidad y compromiso”, arrancó Alfredo Francolini que, mediante decreto 654 del 8 de junio de 2020, autorizó reuniones “familiares”, en determinados días y horarios y bajo estrictas indicaciones. Pero ni la provincia ni el municipio habilitaron las reuniones sociales.
Más adelante, Francolini expuso su accionar: “Me contacté con las funcionarias que aparecen en las fotografías y videos que circularon en las redes sociales para pedirles su inmediata renuncia. Asimismo, estamos evaluando la posibilidad de aplicar determinadas penalidades a los participantes de este festejo».
En su comunicado, Francolini llamó a la responsabilidad ciudadana. «El esfuerzo para salir adelante es de todos. Del mismo modo que nadie es inmune al COVID-19, nadie está exento de las reglas que establecimos para luchar juntos contra esta enfermedad. Seremos inflexibles en el cumplimiento de esta consigna. Sigamos cuidándonos entre todos”, cerró.
El posteo, que hasta el momento fue compartido unas 216 veces, sumó más de 200 comentarios: la mayoría de ellos apoyando y celebrando la decisión del intendente.
En Entre Ríos, así como en otras provincias del resto del país, están habilitadas las reuniones familiares, pero con restricciones. Se pueden realizar los días viernes, sábados, domingos y feriados, pueden participar hasta 10 personas y todas deben residir en el mismo centro urbano
No sólo en Concordia rompieron la cuarentena…
Cuando los Oficiales de Seguridad Vial de Autopistas Argentinas a cargo del Operativo de Interpretación Vehicular detuvieron el coche que conducía Martín Sánchez Canaza (35) junto a su acompañante Daisi Balcera (32) notaron que la pareja estaba intranquila. Mientras descendían del Surán color verde y entregaban la documentación solicitada, la policía comenzó a revisar el vehículo. En el procedimiento, los oficiales le solicitaron a Sánchez Canaza que abriera el baúl del auto pero, en un principio, el hombre se negó.
El hecho ocurrió este lunes 15 de junio, cuando los efectivos realizaban un control en la autopista Camino del Buen Ayre a la altura del Kilómetros 21.500 sentido ascendente. Tras interceptarlos, la policía le solicitó a la pareja el permiso oficial que demostrara que podían circular durante el confinamiento “social, preventivo y obligatorio”, pero ninguno de los dos demostró ser “trabajador esencial o exceptuad”.
Finalmente, tras revisar los asientos traseros del rodado marca Volkswagen, uno de los policías corrió la cobertura de baúl y encontró dos menores de edad. El chico de 13 años y una chica de 12, hijos de la pareja, viajaban escondidos, acostados uno al lado del otro.
Según trascendió Sánchez Canaza, Balcera y sus hijos residen en la ciudad de Buenos Aires y se dirigían al distrito bonaerense de San Miguel para visitar al padre del hombre que hoy cumple años. Por el hecho, intervino la Justicia Federal Penal de Morón, que dispuso que se los obligue a volver a su domicilio. Ambos fueron imputados por infracción al artículo 205, en atención a la violación al aislamiento social, preventivo y obligatorio, y al artículo 239, de desobediencia a la autoridad.
El caso no es un hecho aislado. En lo que va de la cuarentena son varias las personas que fueron sorprendidas infringiendo la ley. A principios de mayo, un hombre de 43 años fue detenido durante un control policial en las afueras de la ciudad de Mar del Plata, donde se comprobó que circulaba sin permiso en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio y que llevaba a su hija escondida en el baúl de su automóvil.
El conductor fue interceptado cuando conducía por el kilómetro 502 de ruta 11, hacia la localidad vecina de Santa Clara del Mar. En la requisa posterior del vehículo, además de encontrar a la hija, se hallaron envoltorios con cocaína.
Desde el 20 de marzo, cuando se estableció el aislamiento obligatorio, hasta principios de mayo, solo la Policía de la Ciudad ya detuvo 1.165 personas por violar la cuarentena; otras 16.144 fueron demoradas, notificadas o trasladadas al domicilio y se secuestraron 266 vehículos en los 394 puestos de control desplegados en el territorio porteño. Además se aplicaron más de 240 multas por no uso de tapabocas, obligatorio en el espacio público, sumándose a la obligatoriedad establecida el 15 de abril de utilizarlo dentro de comercios, dependencias de atención al público y medios de transporte.