Conflicto en la expresión de conflictos de la sociedad argentina
Muchas veces escuchamos a alguien decir algo, y porque este otro dijo algo puntual, específico, un ejemplo tal vez, con el que no estamos de acuerdo, inmediatamente desacreditamos todo lo que esta otra persona dijo, lo que nos hace alejarnos de esa persona y perder la oportunidad de aprender de ella y de ver la profundidad detrás de sus palabras.
Hoy fui testigo de un ejemplo de esta situación. Resumidamente, un hombre comenzó a hablarme de su admiración por el pueblo israelí, por su sentido de comunidad, por su lucha, por su conciencia por el otro y por sus valores en general. Lo que yo interpreto de sus palabras es que su admiración es hacia su conciencia de lo importante que es proteger a quien está a su lado para sobrevivir.
Es sabido que el pueblo israelí es una sociedad que tiene claros sus valores y creencias, y que tiene clara la importancia de un liderazgo basado en un “por qué” colectivo.
Luego de terminar de hablar, este hombre comenzó a comentarme sobre los conflictos que tiene con su esposa sobre este tema en particular, ya que siempre que el tema se toca él recibe las críticas de ella por apoyar a un estado terrorista que opera con una fuerza desmedida contra otro pueblo (el palestino) y también por apoyar la religión. De lo cual yo extraigo que los valores que esta mujer defiende son la paz, el respeto por los derechos humanos y la libertad de pensamiento individual.
El problema que genera el conflicto entre ambos es el foco mutuo de atención sobre lo que se quiere comunicar.
Creo que existe un consenso general en que los valores que ambos subcomunican en su discurso son “positivos” y hasta necesarios para el florecimiento de una sociedad sana, de un grupo de individuos que puedan relacionarse sanamente, en paz, con una causa en común y con conciencia de la importancia de velar por el otro.
Muchas veces desacreditamos a otro porque algo de lo que dice está remotamente relacionado con algo que uno considera “negativo” y uno se aferra a esa para establecer una distancia, para criticar, desacreditar y a veces hasta difamar al otro. No es el objetivo de éste análisis echar luz sobre el porqué de cada uno detrás de hacer o no hacer esto (así como tampoco lo es dar un juicio de valor sobre el conflicto Israel-Palestina). Lo central a visualizar es que esta actitud nos aleja del otro, no nos hace percibir que tal vez tenemos más en común con este otro que lo que percibimos que tenemos de distinto.
Invito a quien lea estas palabras a reflexionar sobre esto en su vida y con quienes comparte, y a practicar esta forma de escucha, para poder visualizar qué nos está diciendo el otro por detrás de lo que nos está diciendo. Mi intención es que esto nos acerque más y nos conecte más como sociedad, ya sea esta sociedad una empresa, una familia, un club de barrio o un estado.»