Córdoba: Las costureritas que dan aquel mal P.A.S.O.

Córdoba en el fango del poder
Antes, mucho antes que las fémines patearan el tablero, las señoritas de familia “bien” llegaban a sus quince años encorsetadas y soñando con su presentación en sociedad.
La primavera era el tiempo propicio y toda la familia se jugaba el prestigio y la adquisición, a través de la capacidad de la niña, de conseguir un buen partido, que sostuviera cierto prestigio social.
La corte y la nobleza se aprestaban a perpetuar su elevada posición de elite y las delicadas manos de las damiselas que jamás se ensuciaron eran tendidas hacia los caballeros elegantes y no tan elegantes, en especial hacia quienes tuvieran los bolsillos más nutridos, aunque no tuvieran dientes, o los tuvieran negros, por masticar tabaco y por la falta de yodo… Porque antes era así como se pescaban las pocas oportunidades para un casamiento “acomodado”.
Era el tiempo del coqueteo y el juego de ofertas y demandas, donde de ambos lados se jugaba al juego de mostrar los dones y las dotes.
Pasaba entonces una temporada estival de coqueteos que podía o no terminar en compromisos y uniones familiares con vistas a futuro.
Período conocido, hoy, como del “histeriqueo” y la competencia por un matrimonio…
Lejos de toda esa época y llegando a cosas menos históricas y novelescas, con más lógica palaciega de los juegos del poder, como lo es la política en Córdoba, encontramos juegos en el barro, titanes en el ring y declaraciones al mejor estilo novela de Jaime Kloner (la voz del radioteatro en Córdoba, para quienes no son de mi época).
Declaraciones radiales y televisivas casi ligadas al llanto o por Twitter, marcando los desaires del galán, que dejó plantada a la niña bonita, anunciando amor eterno a una nueva, que al decir de la aldea, hasta es menos agraciada.
Presenciamos así la llegada de Macri a “presentar” su libro en Córdoba donde se quedó un par de noches e hizo mucho ruido. Tras él y saltando de baldosa en baldosa –llovía… no sean mal pensados-, caminaron quienes se consideran herederos del poder local, saltando de banca en banca, cada dos años, sin terminar ningún período, lo cual, al decir de muchos, “molesta a todos”, ya que no cumplen el mandato otorgado por la Sociedad que los votó, a la que deben honrar y responder con Mandato Cumplido.
También padecemos el fenómeno del “político polirrubro”, que se presenta en todas las elecciones para cada cargo disponible, sea ejecutivo o legislativo, todo le viene bien, de ahí que el apodo sea “Juntos por el Cargo”. No tan juntos, al parecer…
Escenas de pugilato verbal, aparición de algunos “muertos vivos” y frases para desglosar, codazos y roces varios dejó la visita del Expresidente a Córdoba, recordando épocas de salón donde el caballero se presentaba ante la exhibición de quinceañeras y las niñas flotaban para obtener su gracia, peleándose entre ellas, con las madres por detrás.
Algunos políticos fueron invitados, otros llegaron de arriba, otros se ofendieron antes de ir.
Es que la política se ha convertido, en Córdoba, en un revoloteo que puede terminar siendo para algunos el antiguo poema de Evaristo Carriego que llegó a la pantalla grande, la película “La Costurerita que dio aquel mal paso” … narrando la huida y posterior retorno al hogar de la futura «Flor de fango«, en este caso, la versión cordobesa de la reconocida película, basada a su vez en el tango que, inspirado en los mencionados versos, compusieron Gentile y Contursi.
Mina, que te manyo de hace rato
Perdoname si te bato
De que yo te vi nacer
Tu cuna fue un conventillo
Alumbrado a querosén.
Justo a los catorce abriles
Te entregastes a la farra
Las delicias del gotán.
Te gustaban las alhajas
Los vestidos a la moda
Y las farras de champán.
Anduviste pelechada
De sirvienta acompañada
Por pasar por niña bien
Y de muchas envidiada
Porque llevabas buen tren
Y te hiciste cachadora
Luego fuiste la señora
De un comerciante mishe
Lo dejaste arruinado
Sin vento, amurado
En la puerta de un café
Después fuiste la amiguita
De un viejo boticario
Y el hijo de un comisario
Todo el vento te sacó.
Y empezó tu decadencia
Las alhajas amuraste
Y una pieza alquilaste
En una casa ‘e pensión.
Te hiciste tonadillera
Pasaste ratos extraños
Y a fuerza de desengaños
Quedaste sin corazón.
Fue tu vida como un lirio
De congojas y martirios
Solo un dolor te agobio
No tenías en el mundo ni un consuelo
Y el amor de madre te faltó.
Fuiste papusa de fango
Y las delicias de un tango
Te espiantaron del bulín
Los amigos te engrupieron
Y ellos mismos te perdieron
Noche a noche en el festín
Alberto Castillo: Flor de Fango https://www.youtube.com/watch?v=BttGYcdA8sY