Cristina usó fondos públicos sin declarar para buscar OVNIS

En 2011 el Gobierno de Cristina Kirchner creó una Comisión para el Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAE), vulgarmente llamado OVNIS, que depende de la Fuerza Aérea.

Después de más de 4 años sin datos oficiales, nadie sabe cuánto dinero se gastó para buscar OVNIS: la comisión – casi – no funciona.

A mediados de 2011 se formó un grupo de investigadores representando al Estado Nacional para abordar científicamente el fenómeno de los OVNIS, por primera vez y a nivel oficial se reconocía la necesidad de estudiar los crecientes avistamientos de objetos voladores no identificados sobre el cielo argentino.

El primero en dirigir la CEFAE fue el Capitán Mariano Mohaupt. Duró poco en su cargo. Lo reemplazó el comodoro Guillermo Aloi y luego un oficial retirado de la FFA, Rubén Lianza. Lo cierto es que ante las escasas notas periodísticas brindadas por los integrantes de aquella extraña comisión, los interrogantes aumentaron entre los aficionados e interesados del fenómeno: ¿qué era lo que hacían, por qué no presentaban ningún documento analizando fotos, testimonios o videos?. ¿Qué buscaban y con qué presupuesto?

En Diciembre de 2015 se publicó el primer informe de la CEFAE, después de 54 meses de misterio y de no presentar la mínima evidencia de trabajo o actividad. El escueto documento PDF de 12 páginas, sin firmas de nadie, ofrece el resultado final…10 casos. Diez (10) casos de avistamientos estudiados en más de 4 años, observados desde Noviembre de 2014 a Noviembre de 2015. No explica qué hicieron todos los años anteriores. El informe casualmente sale a la luz antes de finalizar el ciclo K.

El proyecto de los OVNIS

Concretamente, en mayo de 2011, el anterior gobierno aprobó la Resolución Nº 414/2011 y presentó a la CEFAE, integrada por expertos de la FAA, técnicos del Servicio Meteorológico Nacional, ingenieros, pilotos de la Administración Nacional de Aviación Civil, técnicos en radar y en posicionamiento satelital, expertos informáticos, geólogos y dependiente de la Secretaría Mayor General de la Fuerza Armada Argentina. El anuncio, fiel al relato K, se hizo entre bombos y platillos: “Con este logro hemos alcanzado una meta importante para nuestra institución”, se dijo entonces.

Más allá de la ficción, la realidad es que la Comisión tiene todas las características de un desvío de fondos al estilo kirchnerista, o de un arrebato de locura incapaz de establecer prioridades: al cabo de los últimos 12 años, la Argentina quedó en un estado de indefensión total, con apenas el 17% de los aviones de la FAA operativos; con el desmantelamiento de los aviones Mirage que sirvieron en la guerra de Malvinas; y con apenas el 0,87% del PBI destinado a defensa, con el Ejército limitado en materia de respuestas, munición para instrucción y renovación de equipos.

Sobre esas ruinas, el gobierno de CFK levantó su pomposa empresa para avistar objetos voladores no identificados. El primero en dirigir la CEFAE fue el Capitán Mariano Mohaupt; luego, lo reemplazó el comodoro Guillermo Aloi y después un oficial retirado de la FFA, Rubén Lianza. Y eso es todo lo que se supo desde que el proyecto entró en vigencia, a mediados 2011, hasta diciembre de 2015, cuando recién, a pocos días del fin del mandato de Cristina, se publicó el primer y escueto documento de 12 páginas, sin firmas de ninguna autoridad (puede consultarse en el link de la FAA: www.fuerzaaerea.mil.ar/mision/cefae.html).

OVNIS: cuatro años para diez casos

El texto, que parece un trabajo práctico preparado por un alumno de primaria, informa apenas diez casos, presuntamente enviados por la ciudadanía al sitio web de la Fuerza entre noviembre de 2014 y noviembre de 2015, y aclara: “A efectos de no incurrir en extensas explicaciones sobre los métodos empleados para cada caso […], solamente se han listado las conclusiones arribadas, acompañadas por el testimonio fotográfico o captura de video enviados por los testigos”. En efecto, debajo de cada imagen se describen los “descubrimientos”: lo que parecía ser un Ovni, en realidad era una estrella; un avión; una pelota; el planeta Júpiter; un ave; una antena; la luna; un puntero láser o un helicóptero. Una pobrísima versión K del extenso Libro Azul de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF), que entre 1947 y 1969 abordó 12.618 casos.

En tanto, el “libelo” de Cristina no especifica cuánto dinero se destinó a la tarea en esos cuatro años; no aclara qué se hizo en ese lapso; por qué recién al final del mandato kirchnerista salieron a la luz los resultados de una Comisión que en más de 54 meses se mantuvo en un secretismo absoluto, con un misterio y un hermetismo dignos de la famosa Área 51 de la Base de la Fuerza Aérea de Edwards (Estados Unidos); y, lo que es más preocupante, por qué nunca se declararon los fondos destinados a la desopilante búsqueda.

Una vez más, queda claro que la administración anterior utilizó al Estado como un juego y, para ello, usó la hacienda de todos los argentinos como piezas.

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