Debate presidencial recargado
En el día de ayer, domingo 20 de octubre del 2019, tuvo lugar en la mística
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, la segunda
edición del debate presidencial entre los candidatos.
A diferencia del anterior, en esta oportunidad se pudo observar un trabajo
casi de contorsionista por parte de los Equipos de campaña de cada uno
de los candidatos.
A continuación, compartiré un breve análisis del desempeño de cada uno
de los candidatos:
Nicolás del Caño
Tuvo una leve mejoría respecto de su desempeño en el debate anterior.
Logró focalizar su eje discursivo en la Argentina, aunque sin dejar de
mencionar los sucesos de Chile. Comparó a Miguel Ángel Pichetto con el
personaje lúdico de Peter Capusoto: Micky Vainilla, lo que lo llevó a ser de
lo más nombrado en Twitter por debajo de Espert. Siguió sin capitalizar
otro tipo de votante más que la izquierda misma.
Juan José Gómez Centurión
Tuvo un muy buen comienzo. Los problemas con el formato
permanecieron en menor medida, pero sin que eso le incorpore
importancia por parte del candidato. Sin embargo, su rol se vio muy
opacado por el desempeño estelar de José Luis Espert.
Roberto Lavagna
Siempre es interesante escuchar a Lavagna aunque su parsimonia
discursiva es una invitación al sedamiento. Celebró el anuncio en vivo del
cambio de alícuota de los créditos UVA anunciado por Mauricio Macri. Su
rol siguió siendo fiel a su estilo quedando opacado por las intervenciones
de Espert y la polarización de Macri-Fernandez.
José Luis Espert
El showman mantuvo un desempeño solvente y aprovechó cada milésima
de segundo. Gestionó a su favor el hecho de saber que no tiene chance
alguna a la presidencia. De todos los candidatos fue el que más aprovechó
los dos debates y quien pudiera capitalizar mayor cantidad de votantes entre los que votaron en blanco y en favor de Centurión en las elecciones
pasadas.
Mauricio Macri
Claramente se lo vio muy mejorado respecto a su performance del debate
anterior. Aprovecho de punta a punta sus tiempos y fue al cruce directo
con el candidato Fernández. Su estrategia más redituable fue posicionar a
Fernández como la imagen misma de su vicepresidenta. Propagó los
fantasmas del kirchnerismo. Sus cruces directos al candidato Fernández
fueron eficaces y lograron poner por primera vez en toda la campaña en
una manifiesta incomodidad al candidato.
Sin embargo, la cruz del penoso antecedente y la gestión desastrosa de
Cambiemos en materia económica pesan más que cualquier
reavivamiento del #SiSePuede. Macri en contradicción a lo que nos tiene
acostumbrados hizo un homenaje despedida desplegando su mejor
versión de oratoria desde que es Presidente. Su futuro, empoderarse
como líder de la oposición.
Alberto Fernández
Todas las miradas iban a estar reposadas sobre la imagen del potencial
presidente de la Nación.
Fernández tuvo un desempeño regular por propia elección. Se lo vio
tranquilo por momentos, pero bastante provocado por los misiles verbales
de sus contrincantes electorales. Su experiencia y su basta formación
política le permitieron sortear con holgura la posibilidad de dar un paso en
falso en el debate. Distinta hubiera sido la suerte de otro candidato en su
lugar, y a todas luces se entiende porqué ha sido él, el encargado de llevar
esta difícil misión de unir al Peronismo y representarlo discursivamente.
No se proyectó en el debate con la efusividad del anterior, bajo su índice
lo más que pudo. Tuvo intervenciones incisivas contra el Presidente pero
muy concesivas atento a que fiel a su estilo intentó proteger la investidura
presidencial.
Ignoró en un momento a Espert en clara muestra de la irrelevante
sustancia del showman frente a la solemnidad de un personaje que sueña
con ser un estadista. Se puso la capa de presidente y no regaló
oportunidad alguna de que le modifiquen el resultado electoral.
Claramente no ganó el debate como la anterior vez, pero le alcanzó para
estar tranquilo de cara a las elecciones que se aproximan.
El formato de debate, bastante cuestionable. Con periodistas robotizados
y un esquema temporal bastante monocromático no permitió debate
perol tampoco fue útil para evitar la chicana. Es claro que si el debate fue
entretenido se debió exclusivamente a los candidatos.
El debate se polarizo entre Mauricio Macri y Alberto Fernández.
Los argentinos tendrán la última palabra.