Dengue y sarampión: ¿cuál es la situación actual?

0

Aedes Aegypti, mosquito transmisor del dengue

Según el último Boletín epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud, en el país ya se registran casi 750 casos (364 sólo en la Ciudad de Buenos Aires) positivos de dengue y más 40 mil se encuentran en estudio. En momentos en que el mundo, y ahora también la Argentina, se encuentra batallando con el coronavirus, el Aedes aegypti sigue al acecho.

Entre las principales razones que esgrimen los especialistas por la alta propagación del vector responsable de la transmisión se encuentra el calentamiento global, el ciclo propio de la enfermedad y la poca capacidad de mantener las tareas preventivas y de control permanente, el impulso hacia un nuevo brote podría ser inminente.

En la Argentina hace 4 años esta enfermedad causó verdaderos estragos. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), en 2016, momento en que se registró una epidemia en el país, hubo 79.455 infectados por este virus, de los cuales 10 fallecieron, mientras que en 2020 ya se registró el deceso de un hombre.

Ahora, un nuevo pico de infección impulsó al Ministerio de Salud a poner, aún más, el foco en esta enfermedad que ya está presente de manera autóctona en 11 provincias: CABA, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Corrientes, Formosa, Misiones; Salta, Jujuy y La Rioja.

¿Qué es el dengue?

“El dengue es un virus específico que proviene de la familia de Flavivirus y existen cuatro serotipos: DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4. Además, tiene la capacidad de alternar entre especies, ya que se replica tanto en mosquitos como humanos”, explicó a A24.com Juan Manuel Carballeda, investigador del Conicet especializado en virología.

Hasta el momento, según los diferentes boletines epidemiológicos que emitió el Ministerio de Salud, circula primordialmente el serotipo 1, pero ya comenzaron a registrarse casos de serotipo 2 y 4. En tan solo 14 días, ya que el último boletín epidemiológico es referido al 17 de febrero y el anterior al 3, se duplicó el número de infectados y de 4 provincias, saltó a 11.

“Los modelos matemáticos predicen que temperaturas globales aumentadas van a expandir el rango geográfico del mosquito y de dengue, pero es muy difícil predecir la magnitud de una nueva epidemia en el país”, afirmó el Dr. Ariel Bardach, investigador del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) y coordinador del Centro de Investigaciones en Epidemiología y Salud Pública (CIESP), una unidad ejecutora del CONICET (que funciona en el IECS).

¿Cuáles son los síntomas?

Cualquier persona que haya padecido esta enfermedad sabe exactamente cómo se siente.“Las manifestaciones clínicas del dengue varían desde la fiebre auto-limitada hasta la fiebre hemorrágica del dengue con síndrome de shock, que puede tener una tasa de mortalidad significativa”, explicó Bardach.

En los casos donde no se presentan síntomas de alarmas, surgen con “un cuadro febril agudo acompañado de dolor de cabeza, dolor retroorbitario (alrededor o detrás de los ojos) y dolores musculares y óseos marcados”, mientras que la fiebre puede extenderse por una semana y aparecer “manifestaciones hemorrágicas y trombocitopenia (disminución de plaquetas)”, asimismo pueden aparecer manchas o zonas rojas en el cuerpo de casi la mitad de los infectados.

Sin embargo, cuando estos cuadros están acompañados de “sangrado por mucosas, acumulación de líquido (pleural, abdominal), aletargamiento o inquietud, vómitos persistentes, aumento del tamaño de hígado, entre otras”, son claras señales de alarma.

“El primero avisa, el segundo te mata”

Esta frase generó más alarma que conciencia pero durante mucho tiempo, en especial en la epidemia de 2016, estas simples palabras lograron ubicar al mosquitos como un «enemigo» a vencer. Tras padecer alguno de los serotipos, el cuerpo genera los suficientes anticuerpos como para evitar un nuevo contagio. Pero no así con los 3 restantes.

“El riesgo de enfermedad grave es mucho mayor en la infección secundaria causada por un tipo diferente de virus del dengue. Las infecciones secundarias separadas en el tiempo por más de 18 meses representan el mayor riesgo de provocar un cuadro clínico grave. La vasta mayoría de casos graves devienen de infecciones secundarias”, señaló Bardach.

El ciclo de contagio es humano-mosquito-humano. “La presencia en sangre del virus en humanos comienza hacia el final de un período de incubación de cuatro a seis días y persiste hasta el momento en que la fiebre disminuye, que generalmente es de tres a siete días. El período de incubación dentro del mosquito es de 8 a 12 días; después de este período los mosquitos transmiten el virus durante toda su vida y siguen siendo infecciosos”, resaltó.

¿Cómo prevenirlo?

“Los Aedes aegypti están en la mitad del país, por eso hay que estar atentos y tratar de no dejar reservorios de agua más de 3 días, que es el ciclo que tiene la larva hasta mosquito”, señaló Carballeda y además se pueden utilizar otras herramientas para combatirlo, tales como mosquiteros, cortinas y mallas tratadas con insecticidas y reducir los sitios de reproducción del mosquito (descacharrado).

“Los períodos de mayor actividad de Aedes aegypti son en el final de la primavera, comienzos del verano y en el inicio del otoño”, indicó el investigador del IECS, y ejemplificó: “En 2019 el pico de casos se registró en el mes de mayo. Hubo más de 3200 casos en ese año”.

Por su parte, ante la consulta sobre la posible implementación de la vacuna en la Argentina, desde el Ministerio de Salud afirmaron que su «eficacia es limitada y tiene variaciones en la respuesta según el serotipo y requiere haber padecido la enfermedad previamente» y adelantaron que «se está evaluando su seguridad en ciertas poblaciones y la OMS plantea que podría ser considerada en lugares donde la enfermedad sea endémica, con elevada seroprevalencia y con una gran carga de enfermedad».

En resumen, según resaltaron desde el ministerio «todos los avances son alentadores, pero necesitan demostrar su efectividad a escala poblacional. A la fecha, el método más efectivo para el control de la enfermedad es la eliminación de criaderos del Aedes aegypti».

La situación del sarampión

Además del coronavirus, Vizzotti brindó información sobre los brotes de dengue y sarampión. Acerca de este último, aseguró que «desde 1998 no teníamos un brote así» y detalló que ya son 156 los casos en todo el país, de los cuales 49 se registraron en lo que va del 2020. Según la secretaria, el foco del brote está «entre la ciudad de Buenos Aires y algunas localidades del conurbano». Hace poco más de una semana, el sarampión se cobró la primera muerte en más de veinte años. En este sentido, Vizzotti aclaró que «se trataba de una mujer inmunocomprometida».

Angela Gentile, presidenta de la Comisión Nacional de Eliminación del Sarampión y Rubeola, advirtió que «hay que detener el brote antes de que eclosione para no tener una situación como la de Brasil, donde hubo más de 15 mil casos». En este sentido, Vizzotti informó que el Ministerio profundizó las campañas de vacunación en las zonas críticas: «necesitamos llegar al menos a un 95 por ciento de cobertura en cada unidad geográfica, hay sectores donde hay un 80 por ciento y eso no alcanza; vamos a aprovechar el inicio escolar para vacunar».

Además de las vacunas establecidas en el calendario, una a los 12 meses de vida y otra al inicio escolar, el Ministerio resolvió que en las zonas críticas se administre una «dosis cero» de la doble viral a niños de entre 6 y 11 meses. Entre menores de un año se registra el 34 por ciento de los casos, la mayor tasa del brote.

Acerca del Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *