La Secretaría de Trabajo convocó a los representantes de las organizaciones gremiales Asociación Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) a participar de una audiencia el próximo jueves para «trabajar sobre el conflicto existente» entre los trabajadores representados por estos gremios y las empresas Austral y Aerolíneas Argentinas.

Según fuentes del organismo, en caso de que las partes no alcancen un acuerdo respecto a los temas planteados, y con el objetivo de asegurar el normal desarrollo de los vuelos durante el fin de semana, la cartera laboral «dictaría la conciliación la obligatoria», dejando sin efecto las medidas de fuerza anunciadas.

Las condiciones especiales para reprogramar vuelos o solicitar la devolución del dinero se disparan cuando los vuelos fueron puestos en condición de «cancelados» en los sistemas informáticos de la empresa. Y el momento de hacerlo lo deciden las autoridades de la empresa en función de diferentes factores, entre los que no están excluidos los políticos.

Ante una medida de fuerza anunciada con tiempo por los trabajadores de la empresa, la aerolínea puede decidir cancelar los vuelos con varios días de anticipación y así ampliar el rango de maniobra de los pasajeros, ya que les da más tiempo para reprogramar sus viajes. Esta vez, sin embargo, los vuelos no se cancelarían hasta el jueves y es posible que recién los den por cancelados recién el viernes, apenas horas antes de que comience la medida de fuerza, que se da casi como un hecho.

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