Ayer

Entre las disimiles estrategias desarrolladas para formar Cambiemos sin destruir UNEN o desaprovecharlo totalmente ECO parecía simplemente un andarivel electoral para captar voto alternativo, una de esas construcciones tan afines a los juegos universitarios de la Franja. ECO se erigió esencialmente sobre la estructura radical, remanente -por conveniencias más que definiciones- del radicalismo que, tras la explosión del 2001, no entró decididamente en el transversalismo (de Cobos a Moreau) ni tampoco en la constitución del PRO (Murphy et al.). ECO recibió el aporte personalista de Carrió y fue condimentada por caudillejos -como Roy Cortina u Ocaña- que deambulan concretamente por el populismo sin hacer asco a las leyes kirchneristas tal como tampoco lo hacen en el plano nacional Binner y Stolbizer. Como frutilla del postre Lousteau fue instalado por Carrió con la desaprensión a que nos tiene acostumbrados y el supuesto de que su mesiánico capricho generaría un «hecho político» que la consagre en las urnas. La ilusión de un «dedo mágico» en el que nada se diferencia de Cristina, allí Boudou acá Pino para desmentirlas, parece ser más fuerte cuanto más sui generis la decisión, llegándose en este caso a postular al ex ministro creador de la medida económica más conflictiva y perjudicial y la derrota política más fuerte en ese terreno del gobierno de Cristina Fernandez. Jamás sabremos si generó o aumentó la avidez expropiatoria de la 125, pero en suma debió retirarse pronto habiendo comprometido al gobierno kirchnerista en un brete doloroso que le tajeó la vela que aún podía aprovechar el menguante viento de popa.

Así las cosas ECO transita las PASO sin complicaciones mientras que Macri se ve obligado a intervenir para parar a su ala jesuitica con una decisión que no se le esperaba.

 

Llegamos así a un 5 de Julio en una campaña en la que empieza a perfilarse la pretensión «autonómica» de Lousteau quien se ha ido  alejando de Carrió y ante la queja de esta confirma su preferencia por Stolbizer pocos días antes de la elección. ECO logra entonces postergar al FPV al tercer puesto convirtiéndose en la segunda minoría en la Legislatura detrás del PRO al no lograr este el 50% de las bancas. Algo similar ocurre en las comunas.

Queda entonces Larreta 45 vs Lousteau 25 y se plantea el ballotage inutil al que se aferra caprichosamente Lousteau a pesar que Carrió le suelta inicialmente la mano y trascendidos hacen saber que referentes radicales fundamentales harían lo propio (Nosiglia,Colombo) alcanzando a percibir que no pueden ganar sin obtener todo el voto recibido por Recalde. Sorprendentemente esta tesitura se diluye antes de pasadas 48hs mientras los sectores petardistas de ECO dan una batalla mediática que va desde la falacia del ballotage como mandato legal y político a la fetichización del debate. Justo es destacar que algunos sectores del radicalismo (públicamente Suarez Lastra) se muestran conscientes de la contradicción en que incurrirán complicando al aliado y adulando al oponente. Carrió toma una posición ambigua acusando la decepción que produjo en círculos privados y empresariales la inestabilidad creada y no contenida; Sanz no parece acusar recibo y se ilusiona en los medios con votos para su candidatura.

Aníbal Ibarra se une prontamente a lo que  finalmente, tras la orden de Balcarce 50, será la entente de 3 egresados del CNBA. El alineamiento es curioso más allá de lo casual(1) y de lo ideológico pues es indudable que al FPV le hubiera convenido más ordenar votar en blanco, remontándose al Perón del exilio, para así acumular como propio ese voto anunciado por la «izquierda» casi de inmediato.

Transcurrió entonces una campaña en que la victimización infundada, el desprecio por el voto en blanco(2), la moralina eclesiástica, etc … resultaron deslices menores de Lousteau frente a su reiteración implícita del voto a Scioli, la explícita preferencia por la «agenda kirchnerista» y la insólita crítica al juez Bonadío en concordancia con su apartamiento de la causa de corrupción que más afecta al gobierno.

 

Hoy

Finalmente como todos sabemos, y muchos suponíamos con fundamento, Lousteau fue derrotado. Larreta triunfó contra el deseo de todas las agrupaciones rivales. La diferencia es de 3% según el formato bipolar que define la ley. Ese pequeño número disimula una diferencia mayor ya que oculta 5% de votos en blanco y un ausentismo de 100.000 electores , 10 %, respecto a los votos válidos emitidos en la primera vuelta. Este ausentismo singular es fácilmente relacionable con la decisión de los porteños de no perder las vacaciones de invierno o el simple descanso dominical en una votación cuyo resultado ya habían establecido oportunamente y en cuya reiteración confiaban.

El costo de esta derrota pírrica(sic) es inmenso en pesos y en horas-hombre perdidas por los ciudadanos.

Es indudable que Lousteau ha logrado concitar los votos de sus circunstanciales aliados para pasar del 25 al 48, esto demuestra… el poder de Ibarra y el FPV sobre sus votantes (23% es casi la suma exacta de su peso previo); el 25% de ECO ya estaba demostrado.

Es indudable que por encima de ese 25%, el único dueño de esos votos es Cristina Fernández y carecen de valor para Cambiemos en las elecciones nacionales.

En la contienda nacional primaria, como se ha dicho, ese 25% es mayormente de Sanz y Carrió vía ECO. Tres elementos no obstante benefician a Macri en cuanto a  incrementar el caudal obtenido por Larreta en la ciudad a costa de aquel 25%:

  1. a) que al contrario del líder de PRO, que supo intervenir firme y a riesgo en su interna, Sanz y Carrió mostraron todo lo contrario. Lousteau hizo su voluntad con pocas o sordas críticas desde el espacio ECO. ¿Que puede esperar la ciudadanía respecto a gobernabilidad en caso que alguno de los 2 fuera presidente?
  2. b) es más probable que alguien que es consciente de la necesidad de retomar el carril republicano vote por Macri aunque lo haga contra Larreta por un quítame aquí un container o una bicisenda, a que haga lo inverso apoyando la gestión de Larreta sin inclinarse por Macri.
  3. c) la volubilidad de la decisión de Lousteau que pasa de Carrió a Sanz pero tampoco a Cambiemos hará que más votos vayan directo a Macri en las PASO sin intermediarios testimoniales.

 

En definitiva el affaire Lousteau es un pasajero y lamentable episodio que desaparecerá junto con su principal protagonista de la escena política. Este carece de vías y medios para presentar una continuidad política inmediata. Su notoriedad de hoy solo se recordará para jugarle en contra como uno más de sus cambios de filiación bajo el solo sustento de su autoreferencia. Lousteau no ha construido nada, derrotado nada puede dar, las fuerzas concitadas se disgregarán cada una hacia el lado que las define a nivel nacional.

 

Mañana

Cabe esperar que la oposición saque de estos hechos una lección que refuerce la unidad de acción imprescindible para vencer en Octubre . Que de una vez por todas los dirigentes dejen de lado la politiquería, las maquinarias electorales cuyo objetivo es fabricar redes de amigos en cargos. Que entiendan que el populismo no será vencido, ni se retirará, fácilmente.

Diversas declaraciones piden a Cambiemos un «cambio de estrategia», eufemismo apenas disimulado como pedido de cargos para la UCR y la CC. Justamente la idea rectora de Cambiemos era no reiterar los errores de la Alianza con un gobierno de tironeos y compartimentos, sino solucionar la hegemonía en la interna y acompañar al emergente con total decisión(3).

Es absurdo disputar el voto a los aliados. Es inútil disputar el voto a los clientes del FPV.

Los votos a disputar son los de los que creen que Scioli es “distinto” o que se puede hacer kirchnerismo sin corrupción; falso, el populismo conduce necesariamente a la concentración del poder, la discrecionalidad y la corrupción a la vez que resta recursos a la seguridad, la educación y la salud. Este mensaje debe llegar a independientes, indecisos y especialmente a quienes aún hoy piensan votar a Stolbizer y a sus socios «socialistas».

La disputa debe ser de Cambiemos por aquellos votantes que, creyendo no ser populistas, lo son sin saberlo; hay un amplio sector esencialmente demócrata y republicano al que hay que convencer de los beneficios de optar, no por la pobreza, sino por el trabajo, la producción y la ley y que ello nos devolverá poco a poco libertad y felicidad.

 

 

 

Notas

 

(1) casual o no tanto ya que los egresados del CNBA constituyen un red social, 100 años anterior a Internet; la insistencia en el «debate» resulta característico de un miembro de  este colectivo donde la competencia por el brillo y erudición en el enunciado teórico y aún sofístico importa más que otras formas de acercarse a la realidad.

 

(2) insostenible objeción en una votacion obligatoria

 

(3) sobre este concepto ver por ejemplo Fernando Iglesias – “Unidad opositora sin amontonamiento electoral” -http://fernandoiglesias.blogspot.com.ar/2014/07/unidad-opositora-sin-amontonamiento.html

 

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