El Estado y el Campo, una relación conflictiva
Vivimos en un país con un potencial enorme y pareciera que nos cuesta trabajo manejarlo o explotarlo adecuadamente. A causa de la falta de visión que vienen teniendo el Estado Nacional y el campo, y sin entrar en una revisión histórica, podemos decir a grandes rasgos que cuando el campo tuvo la posibilidad de potenciarse con las políticas de Estado a principios de siglo pasado, ya que la clase política tenía vínculos muy estrechos con el sector, se olvidó en cierto modo del pueblo. Hoy ocurre prácticamente lo contrario, es el Estado quién pone todas las trabas posibles para el libre desarrollo del sector, sin apertura comercial y gran cantidad de impuestos. Pero no solo eso, sino que en lugar de incentivar la producción y la exportación de sus productos, controla de manera restrictiva las ventas al exterior con el objetivo de contener los precios internos, fracasando de todos modos en su objetivo, ya que los precios en góndola igual siguen aumentando de manera constante.
La Argentina viene siguiendo el camino inverso de nuestro vecinos: Chile, Brasil y Paraguay, quienes aumentan la oferta productiva a través de políticas conciliadoras, entre la demanda interna y la externa. Es así que tenemos países como Nueva Zelanda, que no comprenden como en un país como el nuestro haya dificultad para exportar leche, o que la actividad tenga números negativos, y sea el mismo Estado, que ignorando los estudios técnicos del I.N.T.A. diga, a través de su Jefe de Gabinete, que con un precio de tres pesos pasa a ser una actividad rentable. O como los australianos no entiendan como productores de la Patagonia tengan tantas dificultades para importar carneros de calidad para sus cabañas y tengan que pasar tantas barreras para traer unos pocos animales a fin de mejorar su genética, sus rodeos y sumar valor agregado a la producción. También podríamos mencionar que China está importando carne diez veces más que hace tres años y la Argentina no está habilitada para exportar a China cortes bovinos sin deshuesar. Es casi una parodia, pero es la realidad.
En la venta de bienes de capital en lo que va del año, hemos tenido una caída del 30%. En definitiva quiero trasmitir que este país se va a seguir desarrollando, no solo a través del diálogo, sino también de una interacción estrecha entre el Estado, el campo y una mutua cooperación para llevarnos a un crecimiento sostenido en el tiempo con créditos de baja tasa de interés e incentivando y promocionando la variedad de la producción, para favorecer a todos los sectores de nuestra sociedad.