El feriado del 24 de marzo y la modificación del Calendario 2017
Por decreto Nº 52/2017, el Poder Ejecutivo ha establecido el calendario 2017 eliminando los feriados puente y determinando la fecha de los feriados móviles, como es de práctica anualmente. Ya en 2016 el Calendario de la mano de las coincidencias cronológicas ganó un puñado de días laborables respecto a los de años anteriores.
La medida ha generado voces de aprobación así como algunas airadas protestas. Entre las últimas sobresalen, por su volumen y agresividad, la de aquellos a los que Fernando Iglesias denomina el Club del Helicóptero, siempre dispuestos a buscar el colapso del gobierno actual como oportunamente hicieran bajo los gobiernos de Alfonsín y De La Rua. Se quejan por el corrimiento de un feriado que no tiene razón de ser. El 24 de Marzo de 1976 constituye una derrota para la democracia argentina ocurrida en el ápice de la violencia de militares y terroristas. Un día aciago que nada tiene que ver con los Derechos Humanos, ni siquiera con su negación pues hacía tiempo que la Argentina se arrastraba entre la ignorancia de estos derechos por parte de diferentes bandos. Por otra parte existe un Día Internacional de los Derechos Humanos, fijado por Naciones Unidas en el 10 de diciembre, que en todo caso coincide con la restauración de la democracia en 1983 y el cierre de un ciclo de golpes militares no se inició en 1976 sino en 1930.
El gran número de días no laborables demagógicamente ampliados por la administración anterior se habia constituido en una pesada carga para la productividad y la escolaridad, motivo claro para la buena recepción de la medida por la mayoría no partisana. No obstante sería conveniente analizar el Calendario 2017 en su totalidad estableciendo un esquema organizado que corrija duplicidades e inconsistencias del actual y que no requiera de decisiones arbitrarias cada año.
Así como como el 24 de Marzo hay otras fechas, relacionadas a aventuras militares cuya racionalidad y consecuencias es imposible sostener, el 2 de Abril (Invasión de Falklands/Malvinas) y el 20 de Noviembre (Vuelta de Obligado) . En tanto sus promotores las pretenden identificar con la «soberanía» es imprescindible notificarse que la «soberanía» no existe sin la «independencia» la cual ya tiene su muy apropiado recuerdo el 9 de Julio.
Un lugar aparte por su incongruencia con la libertad de conciencia y la República es el 8 de Diciembre (Inmaculada Concepción de María) de más que obvio contenido religioso. Curiosamente, incluso, el dogma mariano, en particular la concepción virginal de María a la que el día está dedicado, es de los más controvertidos entre las diferentes vertientes cristianas de oriente y occidente y es el más tardíamente aceptado por el catolicismo mismo. Más aún las mayores manifestaciones públicas relacionadas con María en el país no ocurren en esa fecha sino hacia Octubre (peregrinación a Luján) o Septiembre (a San Nicolás) y de suyo se realizan siempre en fin de semana. El feriado del 8 de Diciembre debería eliminarse, lo que no significa que no se establezcan permisos excepcionales en días particulares para el cumplimiento de preceptos religiosos según la fe, como por ejemplo el Pesaj.
En la elección de un calendario juegan diferentes factores, algunos contrapuestos, que es preciso tener en cuenta.
Por un lado debe estar inteligentemente pensado para no promover el «ausentismo» ; feriados en jueves o martes obran en ese sentido por lo que resulta acorde con la productividad y la buena disposición laboral, que todos los feriados sean móviles corriéndose automaticamente al viernes o lunes más cercano neutralizando así los «dias-puente de faltazo».
En contrapartida el avance técnico en la sociedad global conduce al «fin del trabajo»(A. Gorz, J. Rifkin) y con ello a la necesidad de la redistribución del trabajo lo cual, a población constante, significa que el tiempo no laborable aumenta no ya en horas sino en días. Las actividades de servicio son las que acaparan mayor cantidad de mano de obra de calificación no superior por lo que, conjuntamente con lo anterior adquiere relevancia el turismo como actividad productiva y social. El descanso periódico, es sabido, resulta beneficioso para la salud general de la población. Por este otro lado encontramos entonces beneficios en los «feriados-puente».
Un punto de equilibrio a esta contraposición, habiendo realizado la reducción de feriados arriba propuesta, sería establecer fines de semana largos turísticos ad hoc convenientemente ubicados. Tradicionalmente tenemos lunes-martes de Carnaval en Febrero y en Abril jueves-viernes de Pascua (que en pro del laicismo convendría renombrar : «de Turismo» como en Uruguay) , agregar un par de feriados en Octubre (sucediendo al Día de la Raza como jueves-viernes «de la Cultura») relajaría las tensiones para enfrentar el final del año.