¿Son las ideas de la Libertad un mapa o una brújula? Cuando uno toma un mapa el compromiso está con los caminos que otros trazaron, con rutas ya existentes. En cambio una brújula nos lleva en la dirección que buscamos y nos da la libertad que necesitamos para redefinir la ruta. Las ideas de la Libertad son una herramienta maravillosa para transformar el mundo y pueden servir para orientarnos o para atarnos.

Su aporte más valioso es el abordaje científico, la duda, la cautela, la humildad en sus postulados. La falta de certezas absolutas. Nuestro cerebro suele llevarse mal con esta incertidumbre y muchas veces nos vemos tentados a generar respuestas universalmente válidas. El dogmatismo busca llenar el pozo de la duda eterna con certezas. Es la ceguera que nos impide ver lo que nos rodea y el impacto que tienen nuestras acciones. Y ese es un riesgo con el que debemos lidiar a diario y a conciencia.

La libertad se construye y destruye en cada mano, en cada movimiento. Muchos de los que estamos dando la lucha en el campo político entendemos que se construye dialogando y que resulta necesario hacer un esfuerzo por compatibilizar soluciones con principios. Nuestras ideas, por si mismas, no tienen ningún valor. Muchos se han enamorado de las ideas en lugar de preguntarse cómo pueden adaptarlas para sumarle valor a la comunidad con acciones. Hay una enorme reticencia de adoptar responsabilidades concretas y avanzar.

Muchas decisiones gubernamentales o administrativas que se toman responden a una lógica incrementalista, se opta por soluciones conocidas o de bajo riesgo. Hay poco espacio para la innovación. A veces perdemos de vista que hay oportunidad para incidir en el diseño de políticas públicas. Pero para poder hacerlo hay que ganarse lugares en las mesas donde se toman las decisiones. Y acercar una idea viable para solucionar una necesidad concreta en el momento justo. Debemos ganarnos la confianza técnica y personal de quienes toman las decisiones y eso requiere tiempo, constancia y esfuerzo para poder ampliar el mapa de alternativas.

Muchas veces perdemos de vista esta necesidad de pensar la forma práctica de impulsar las ideas. Entiendo que eso es parte de lo que podríamos llamar la influencia del “lado oscuro”. Para hablar del lado oscuro de la libertad podemos citar a Yoda, de Star Wars, o a Weber. En el universo de la saga de Star Wars se ha caído al lado oscuro cuando alguien se deja llevar por sus pasiones, por sus sentimientos.

Por su parte, Weber distinguía la ética de la responsabilidad y la ética de los principios. La segunda incita a cada uno de nosotros a actuar de acuerdo con sus sentimientos, sin referencia explícita o implícita a las conse­cuencias.  En cambio, la ética de la responsabilidad nos obliga a comprometernos con la observación, pensar lo que queremos cambiar. También nos demanda observarnos a nosotros mismos. No es que estas visiones sean contradictorias o una superior a la otra. Siempre vamos a vivir una puja interna entre estas dos fuerzas, esta puja resulta necesaria para que avancemos en la dirección correcta. La integridad nos obliga a encarar las dos caras del tema: los principios y la responsabilidad.

El lado oscuro de la libertad es aquel que circunstancialmente no estamos viendo. Hoy los liberales tenemos debilitada la parte de la responsabilidad. Debemos reorientar nuestros esfuerzos para tener un avance equilibrado. Utilicemos los principios para pensar soluciones tras analizar profundamente la realidad y nuestras capacidades técnicas y políticas. Debemos superar al prejuicio y a la utopía. A su vez debemos cuidarnos de caer en el pragmatismo sin rumbo.

Algunos días vamos a triunfar. Otros nos va a tocar perder. Pero no podemos darnos el lujo de abandonar la batalla. Es imposible saber cuál será el saldo exacto de nuestra lucha cuando toque la última campana. Es un círculo constante de prueba y error. Dar cada día lo mejor va a garantizar un mejor resultado. Sin nunca olvidar que el objetivo de nuestra participación es contribuir a crear una Argentina donde cada vez reine menos el miedo y más la libertad. Y que el resultado final será un equilibrio inestable entre los distintos puntos de vista.

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