El racismo del candidato a la Casa Blanca, el magnate Donald Trump, pareciera estar poniendo trabas en la rueda de los republicanos, quienes ya hace algunas semanas se desligan del magnate, pero que ahora buscan parar sus comentarios desafortunados a toda costa.

En los últimos días, el magnate, fue protagonista de un enfrentamiento contra un juez estadounidense, pero con ascendencia mexicana: Gonzalo Curiel. Éste lo investiga por presunto fraude de la Trump University (una falsa universidad que ofrecía cursos y consejos para invertir en el mercado inmobiliario). Para el candidato presidencial, el juez Curiel no podría ser imparcial en la investigación por su origen hispano, detalle que lo descalificaría –siempre según Trump- para juzgar el caso.

Luego de ese “incidente”, el partido republicano quedó perplejo. El mismísimo Paul Ryan –Presidente de la Cámara de representantes- se refirió a Trump como racista, aunque no negó continuar apoyándolo.

Las represalias del partido ante este fenómeno se vieron evidenciadas en el cambio de comportamiento del magnate internacional la última vez que se lo vio en un acto público: no improvisó, sino que leyó un discurso casi guionado en el que, entre otras cosas, los Clinton fueron foco de críticas y ataques.

Acerca del Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *