Macri y los Fondos Buitre, ¿el último escalón de la grieta?

Hace algunos días el helicóptero presidencial casi tiene un accidente al colisionar en Merlo con un avión privado; Lo más fuerte de este tema, no es el hecho en sí (que ya se comentó en una anterior nota) sino las reacciones de los fanáticos, de un lado y otro que no se hicieron esperar. Aquí es donde más se divisó la grieta.

Las reacciones van desde «muerto el perro se acabó la rabia; qué mala suerte». Hasta «el piloto del avión privado estuvo a punto de ser héroe nacional; será la próxima». Incluso una mayor de «yo odio a Macri pero no quiero que le suceda nada; imagínense a la sub-normal de Gabi (Michetti) dirigiendo el país»; algo que va incluso contra su condición física.

Por otra parte, este miércoles, se dio quórum para tratar las derogaciones de las leyes de «Cerrojo» y «Pago Soberano», que permitirán terminar de acordar con los fondos buitre, tal parece que este tema, ha dividido como punto central de la grieta a todos los funcionarios, y más aún, a todos los argentinos. Este debate, es algo que, el Intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, calificó como «será un antes y un después».

En sí, la propia votación finalizó cerca de las 8 de la mañana del miércoles 16 con 165 votos a favor y 86 en contra. Pero, lo más importante de resaltar es que (por primera vez en varios años de sesiones) no existieron abstenciones –aunque si ausentes-; ahora se espera que el 30 de marzo, con el apoyo de varios gobernadores, se vote en Senadores la otra media sanción. La grieta parecía comenzar a cerrarse.

La grieta parecía comenzar a cerrarse, no por acordar y salir del default o no, sino por lo moderado del debate, debate que mostró discrepancias pero no insultos. Sin embargo, antes de la sesión existían repercusiones de diversos funcionarios mostrando sus opiniones, y lo más importante, existían varias (y fuertes) reacciones. El ex candidato peronista a la gobernación de la provincia de Mendoza, Adolfo Bermejo, publicó en su Twitter: «es necesario un acuerdo urgente con los fondos buitres, ojalá el Congreso de la Nación acompañe responsablemente, Primero la Patria». Las reacciones no se hicieron esperar; desde «Traidor al Peronísmo», «Bossio mendocino», «peroncho repugnante» y hasta amenazas de muerte, todas reacciones (incluso de colegas), aparecieron en su cuenta. Todo siguió igual.

El 4 de marzo, en comisiones, el ex ministro de Economía, Axel Kicilloff, y el actual ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, se cruzaron duramente. Una de las chicanas mayores fue «la única negociación que cerraste en tu gestión fue con el Club de París, donde te tomaste un avión y en cuarenta y ocho horas cerraste pagando el 100 por ciento de lo que te pedían y todos los punitorios». Del propio Prat-Gay. Algo que los medios se replicó como un «Knock-Out» de uno al otro. Y las posiciones de seguidores decían poco menos que «estos KK que nos endeudaron ahora no dejan gobernar; que cierren el or… (sic)». La grieta se abre cada vez más.

Así podríamos –en esta nota o cualquier otra- comentar las miles de reacciones de kirchneristas y anti-kirchneristas hacia funcionarios a los cuales votaron. Incluso, en duras críticas hacia periodistas de un lado u otro; la grieta parece no tener fin.

Sorpresivamente, sin embargo, durante el debate en Diputados, uno de los más moderados discursos fue el propio hijo de la ex presidenta, Máximo Kirchner, quien en su discurso debut expresó: su «negativa de acompañar este proyecto» […] no se trata de una postura como trataron de hacer ver, es un poco más profundo […] a mí no me molesta escuchar, no es algo malo, tenemos que aprender a no enojarnos, […] no repitan nuestros errores», […] lo único que les pedimos es que vayan y negocien mejor, Podemos negociar mejor todos juntos. Declaró Máximo. De este modo, el discurso que más se esperaba, trató de poner paños fríos y ser más conciliador –sin dejar de disentir-. ¿Se cerrará la grieta?.