Homo homini lupus: la sociedad se está matando

Como en un regreso al momento más primitivo, los argentinos vemos como estamos teniendo una regresión fenomenal en la que se propone la ley de la selva como el mejor método para resolver los conflictos.

Los acontecimientos que hemos vivido en los últimos días, repetidos hasta el hartazgo por los medios de comunicación, en los cuales se exhiben una y otra vez casos de justicia por mano propia atentan las mismas bases de nuestra sociedad como tal, y esto se agrava cuando desde los ámbitos estatales quienes deben garantizar seguridad, en lugar de hacerlo, justifican este accionar.

Es inconcebible que en el siglo XXI se planteen discusiones anacrónicas de más de cuatro siglos atrás. Decía Thomas Hobbes, que el hombre es el lobo del hombre, y esta propuesta de vuelta al estado de naturaleza en el que lo que prima es la ley del más fuerte y la supervivencia del más apto, es quizás, la mejor definición que podemos encontrar del estado actual que estamos viviendo.

Hoy nos hemos convertido en lobos de nosotros mismos. Y a partir de esto, no hay ley que pueda conducir a la sociedad a un estadio mejor. Hoy se vive, sobre todo en los grandes centros urbanos, un estado de indefensión de magnitudes importantes, y quienes están temporalmente a cargo del Estado en lugar de generar políticas activas para combatirla, justifican cualquier actitud en respuesta a ella.

Y mientras esto ocurre, vemos impávidos como el Presidente de la República afirma, en relación a quien en Zárate persiguió y mató a quien lo asaltó, que ‘quiero decir que más allá de toda la reflexión que tenga que hacer la Justicia en la investigación, si no hay riesgo de fuga, porque es un ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad, él debería estar con su familia, tranquilo, tratando de reflexionar en todo lo que pasó’. El mismo Presidente que dice respetar y promover la división de poderes, como máximo representante de uno de los poderes del Estado, afirma públicamente lo que él entiende que debe hacer otro poder del Estado, matizando la frase, pero dejando en claro por donde deben discurrir las cosas.

Macri no debiera opinar sobre lo que debe hacer la Justicia, Macri y sus funcionarios debe gobernar y encontrar soluciones concretas a os problemas que acucian a la ciudadanía.

Macri no debiera justificar la situación actual por la herencia recibida, Macri y sus funcionarios deben encontrar las herramientas que puedan dejar definitivamente atrás las consecuencias de de dicha herencia.

Hay cuestiones que no pueden esperar y esta es una de ellas. Hoy nos están matando y nos estamos matando. Y estamos matando la sociedad que tanto esfuerzo y tantas vidas nos costó.

Es necesario poner en blanco sobre negro qué está bien y qué está mal. Quizás es de Perogrullo repetirlo, pero la justicia por mano propia está mal. El creer que las soluciones a los problemas comunes y societales se encontrarán a través iniciativas individuales es un error, y cuándo estás están al margen de la ley, lo son más.

Es necesario que quienes se propusieron para gobernar, gobiernen. Y una cuestión esencial de cualquier gobierno es procurar que la sociedad, como tal, no atente contra sí misma. No hay luga a dudas que, a la luz de los últimos acontecimientos, es una materia pendiente.

Aquella frase que pronunció Hobbes remitía a un texto de Plauto, donde el comediógrafo latino afirmaba que Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit (Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro). Y marcó un momento histórico en el que los hombres dejaban de lado sus intereses personales en pos de un objetivo común de convivir en sociedad. Si cuatro siglos después de su enunciación no logramos repetir a fórmula cumpliremos aquella profesía de convertirnos en lobos de nosotros mismos

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