Hoteles buscan alivio con una fuerte reinvención de sus espacios
El turismo, y el sector de hoteles en particular, fue uno de los más afectados por la cuarentena. Se estima que en todo el país, entre febrero y mayo, cerraron unos 4.000 establecimientos turísticos —por los registros de la falta de liquidaciones a la AFIP—, de los cuales unos 800 son hoteles, según los datos de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT).
“Estas cifras representan un 17% del sector. Los cierres posteriores a la crisis de 2001 fueron del 10%. En estos meses, el endeudamiento de los hoteles aumentó y los bancos no están dispuestos a prestar a establecimientos que no están trabajando. El problema es grave y las proyecciones no son buenas. En las provincias hay mucha resistencia a las reaperturas”, señaló Roberto Amengual, presidente de la AHT.
“Estamos postergando una crisis mayor. Si no hay temporada, la crisis es inminente. Ya perdimos las vacaciones de invierno, los fines de semana largos, el segmento corporativo”, agregó Amengual. Por eso, las declaraciones de funcionarios que ponían en duda la posibilidad de una temporada de verano con turismo indignaron a los empresarios del sector.
Los hoteles que pudieron reabrir, en las provincias que lo habilitaron, tienen una ocupación mensual promedio de entre 3% y 5%, muy lejos del 40% que se requiere para cubrir los costos. “Se abre solo para tener movimiento, motivar al personal, aplicar los protocolos, pero no es rentable”, señaló el presidente de la asociación.
Esta semana, por una decisión del Gobierno nacional y de la Ciudad de Buenos Aires, los hoteles porteños quedaron habilitados para recibir huéspedes que lleguen a la ciudad por trabajo o por un tratamiento médico y no tengan vivienda donde alojarse.
Presidencia de la Nación, a través de la Decisión Administrativa 1519, exceptuó del aislamiento a las personas que se dediquen a la actividad hotelera en la ciudad de Buenos Aires, pero aclaró que los complejos no podrán ser usados para fines turísticos y que no se podrán utilizar los espacios comunes. Los huéspedes, en tanto, deberán presentar el permiso de circulación correspondiente.
Los empresarios del sector aseguran que la apertura de hoteles en la ciudad, para los que viajan con motivos laborales o por tratamientos médicos prolongados, es un alivio pero en muchos casos el nivel de demanda no justifica la reapertura de los establecimientos.
Las grandes cadenas hoteleras que operan en la Argentina son las que pudieron aplicar algunas estrategias durante la pandemia, como la venta anticipada de alojamientos con descuentos o la reconversión en espacios de oficinas o de eventos online. Y confían que durante el próximo año puedan estar cerca de niveles de 40% de ocupación.
“Va a haber temporada. No se entiende el objetivo de los mensajes de los funcionarios que van en contra de eso, atacando a todo un sector productivo. Están alarmando a la gente. Tenemos los protocolos y estamos en condiciones, pero el tema es que la gente se sienta segura”, explicó Alberto Albamonte, titular de la cadena Howard Johnson.
“Se toman medidas desde un escritorio en Buenos Aires donde un funcionario decide qué se puede o no hacer en el interior”, agregó. La cadena tiene 43 hoteles abiertos actualmente y cinco listos para inaugurar una vez que finalicen las medidas de aislamiento. Uno de ellos en la ciudad de La Plata, con 120 habitaciones, cuatro piscinas y un restaurante para mil cubiertos.
Según detalló el directivo, de todas las llamadas diarias que reciben los hoteles de la cadena, el 93% son consultas. “Se vende muy poco, pero hay muchas consultas. Creemos que va a suceder como con la industria automotriz donde no se vendía nada y de repente se vendió todo cuando hubo una ventaja en los precios. Puede pasar lo mismo con la hotelería”, anticipó.
Desde Wyndham lanzaron una plataforma para estimular la compra de vouchers en hoteles de la cadena, que luego pueden ser utilizados hasta diciembre de 2022. Los más demandados, hasta ahora, son los de Mendoza (con opciones de $4.900 por noche) y Puerto Madryn ($5.500). En el caso de ser destinos en la Argentina se puede pagar en pesos y 12 o 18 cuotas. “La gente está abierta a las oportunidades. La recuperación en lugares de escapadas al aire libre se va a dar antes que en los hoteles de las ciudades más grandes”, explicó Jimena Faena, VP de Marketing de Wyndham Hotels & Resorts. La cadena ya reabrió sus hoteles en Ushuaia, Mendoza y El Calafate.
También tiene una estrategia similar la cadena Amerian, con compras anticipadas de estadías y descuento en las tarifas, con la posibilidad de poder usarlas durante el próximo año. En el caso del cinco estrellas Four Seasons en Buenos Aires desarrollaron una agenda de eventos online (charlas, clases de cocina, sesiones con DJs), ventas anticipadas con tarifas a partir de USD 170 (tipo de cambio oficial) y preparan delivery de su restaurante. “Estamos sorprendidos de las ventas, la gente está buscando vacacionar cerca de casa y estamos recibiendo llamados y reservas para las fiestas y fin de año”, señalaron.
El hotel Sheraton Buenos Aires, en Retiro, está en proceso de transformación de los locales comerciales y espacios de su primer piso en oficinas, que se pueden alquilar por hora, día o semana. También armaron un estudio de TV y una plataforma online donde se pueden hacer eventos con hasta 1.500 personas. Y desarrollaron diez suites con gimnasios individuales, para huéspedes o que se pueden contratar por día.
El espacio de trabajo está pensado para las empresas que ya no tienen oficinas en la ciudad de Buenos Aires (muchas fueron cerradas por la pandemia) o las compañías del interior que requieren un lugar de encuentro.
“Tenemos el hotel abierto con público de empresas y embajadas, que quedaron en la ciudad y con tripulaciones de vuelos de carga y repatriaciones”, detalló Sebastián Barchetta, director del Sheraton Buenos Aires. Hoy la ocupación del hotel es de 5% y 10% y esperan llegar al 15% para fin de año. Para el año que viene, en tanto, la expectativa es estar entre 30% y 40% (antes de la pandemia, la ocupación promedio del hotel era entre 60% y 70%).