La Farandulización de la no-Política
La política sometida.
En estos días mucho se ha hablado de la farandulización de la política, el disparador fue la aparición de los tres candidatos mejor posicionados para la elección presidencial; Sergio Massa, Mauricio Macri y Daniel Scioli, esto dio lugar a la visión de los programas de actualidad, de radio, de tv y de los principales portales de internet, luego siguió con las críticas de los sectores de la política que se quedaron fuera de la terna “mediática” y por último la iglesia continuó expresando su descontento con el nivel de exposición y el contenido de lo expuesto por los protagonistas.
A medida que se fue conociendo la trastienda de las apariciones, los preparativos y tratativas de los distintos asesores, el asombro fue cada vez más importante, pero no es para asombrarse, ejemplos sobran; el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey casi que no esperó para festejar de su triunfo y se subió al avión rumbo a Buenos Aires para presentarse en distintos programas y no dilapidar un minuto del sagrado aire, las prioridades en éste caso fueron manifiestas, incluso la mayoría de las preguntas que recibió tenían un condimento muy superficial y buscando títulos para el noticiero, lo importante para todos (político y entrevistador) es que entretenga, que no aburra, que sume rating, no es cuestión ir a canal Encuentro a “despifarrar el momemtum”.
Es claro que el medio ya eligió a quienes posicionar y da la impresión que no hay más lugar para una victoria épica cómo la que Carlos Menem obtuvo sobre Antonio Cafiero en el año 1988; en aquella contienda Menem iba de punto y en el cuerpo a cuerpo pudo mostrar aquello que a través del medio no se puede mostrar y que la política de hoy no le dejaría exhibir a los aspirantes, aquella victoria fue cómo si Randazzo superara hoy ampliamente a Scioli en las P.A.S.O. Daría la sensación que Randazzo tiene un posicionamiento que no es el que él anhela, necesita espacio en la industria audiovisual para intentar darla vuelta y no ser un actor de reparto.
El paquete viene completo, hay que ser de la farándula para ser político en las altas esferas, las estrategias pueden ser muy distintas pero el objetivo es ganarse al gran público, quizás algunos candidatos tengan un plan sobre lo que van a hacer si ganan las elecciones, lo cierto es que para “ser” hay que pertenecer al medio, nadie gana una elección importante sin estar dentro del círculo de los medios. La esfera mediática es un arma de doble filo, una guerra de asesores que obligan siempre a una nueva aparición, a aclarar lo aclarado, de la misma manera que las vedettes en plena temporada veraniega.
Los partidos políticos que se encuentran vacíos por dentro están sometidos a los medios, en realidad los ciudadanos que son los que definen el voto están sometidos a los medios y los políticos van dónde va el voto, hoy las elecciones se discuten en ese lugar, un lugar frío y sin respuestas que no brinda soluciones pero si brinda muchas apariencias. En éste punto el profesor Martinez Pandiani resulta muy claro, “La mediatización implica que, frente al declive de la afiliación partidaria, los medios masivos se transforman en la usina de información política más consultada por los ciudadanos al momento de tomar decisiones electorales.”
Las intenciones pueden ser muy buenas pero la única forma de salir a escena es tener el libreto muy bien ensayado. La farandulización nace en la no –política, la sociedad en su mayoría no quiere escuchar propuestas, la profundidad resulta aburrida, las propuestas no tienen sentido en la lógica del rating y obliga a los candidatos a estudiar actuación. El análisis más útil, será desde mi punto de vista encontrar respuestas a la falta de interés del ciudadano por los partidos políticos y no el análisis que sólo analiza el comportamiento de los candidatos. Espero que éste breve artículo aporte una pequeña semilla.