La herencia recibida: la casa está en ruinas

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“Éramos conscientes de que la casa heredada se encontraba en mal estado: su enlucido iba cayéndose, el tejado tenía un aspecto bastante sospechoso, nos preocupaba también el estado de otras muchas cosas. Al cabo de un año de trabajos de exploración y reconocimiento, hemos averiguado, sobrecogidos, que todas las tuberías están cubiertas de herrumbre, las vigas podridas, la electricidad en estado ruinoso, y que las obras de rehabilitación que habíamos programado y que tanto anhelábamos durarían y costarían bastante más de lo que pensábamos en un principio.

En definitiva, nos hemos dado cuenta de que lo que hace un año nos parecía solamente una casa descuidada era, en realidad, una ruina.”

Con estas palabras recibía, en Praga, el año 1991, el entonces presidente checoslovaco Václav Havel.

La casa que recibió Mauricio Macri

Las anteriores, bien podrían ser las palabras con que Mauricio Macri describa la situación del país en la apertura de sesiones ordinarias del Parlamento el 1 de marzo de 2017, e incluso, si se corrigen ciertos enunciados temporales, podría afirmarlo el 1 de marzo de este año.

La situación del país no es buena y es necesario que el presidente de la República lo diga claro y con todas las letras. Si Havel, que era dramaturgo, utilizó una figura poética, Macri, por su profesión de ingeniero, debe ser concreto y específico. Los argentinos necesitamos que nos digan la verdad, aunque duela. Ya no somos aquel país jardín de infantes del que hablaba María Elena Walsh.

No es necesario que sigamos a Friedrich Nietzsche cuando afirmaba que “A veces la gente no quiere escuchar la verdad porque no quiere ver sus ilusiones destruídas”, muy por el contrario es necesario generar nuevas ilusiones, nuevos proyectos colectivos, y para ellos es necesario partir de decir la verdad.

Muchas de las medidas que se están adoptando buscan corregir distorsiones previas, y muchas otras, dar por tierra con ciertas prácticas clientelares, y hasta delictivas, que se llevaron adelante en el último tiempo. Por ello es fundamental que el presidente le hable a la sociedad de frente, con la verdad, exponiendo la crudeza de la situación y las propuestas para sobreponerse a esta realidad.

El mensaje debe ser contundente, con información clara y contrastable, que exponga sin dejar lugar a dudas, cómo estamos y hacia dónde vamos, pero no para justificarse en la ‘pesada herencia recibida’ como lo hacía el gobierno anterior aún doce años después de ejercer el poder en el país, sino para todos y cada uno de los argentinos sepamos la verdad.

Si no avanzara por este camino y se recluyera en el marketinero discurso de enunciar sólo cuestiones positivas y propositivas, no sólo estaría faltando a la verdad y defraudando a muchos de sus votantes, sino que estaría incubando su propio fracaso, puesto que muchos que de han dado su confianza, no entenderán el por qué de  muchas de sus acciones y le darán la espalda.

Por ello es importante hacerlo, y hacerlo ya. No hay muchas oportunidades, el momento es ahora, porque la casa no está en orden, la casa está en ruinas.

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