¿La hiperinflación ya está gestada?

Análisis de la economía en tiempos de pandemia
En momentos de crisis vuelve a aparecer el fantasma más temido por todos; el de la hiperinflación. Y, después de todo ¿Cómo no temerle? Los Argentinos sabemos más que nadie la capacidad destructiva de un mal gobierno como consecuencias de llevar a cabo malas decisiones en materia de política monetaria. De los casos más recientes podemos citar 1975 el Rodrigazo donde la tasa de inflación se ubicó en el 777% anual; 1989 la Hiperinflación de Alfonsín y una tasa de 3079% de inflación en el pico, y una devaluación histórica del 4771% respecto del tan querido dólar; provocando que el índice de pobreza se torne casi en un 50% (record histórico); y, finalmente, la última gran crisis del 2001 que se llevó puesto el plan de convertibilidad y que sus efectos todavía perduran en la mente de todos.
Desde Julio Roca donde se estableció como patrón monetario argentino al Peso Moneda Nacional (M$N) por la ley 1130 de Unificación Monetaria, los distintos gobiernos solo se han dedicado a la destrucción de su propia moneda. Para 1970, se estableció como nueva unidad monetaria argentina el Peso Ley ($ley). Siendo 1 Peso Ley = 100 Pesos Moneda Nacional. Mediante el decreto 22.707, vigente a partir del 1ro. de junio de 1983, se estableció como nueva unidad monetaria argentina el Peso Argentino ($a). Siendo ahora 1 Peso Argentino = 10.000 Pesos Ley. Poco después, por el decreto 1096, del 14 de junio de 1985, vigente a partir del 15 de junio de 1985, se estableció como unidad monetaria argentina el Austral (A); siendo ahora 1 Austral = 1000 Pesos Argentinos. Y finalmente a partir del 1ro. de enero de 1992, por el decreto 2128/91 la línea monetaria vigente volvió a ser el llamado Peso siendo 1 Peso = 10.000 Australes. Matemáticamente esto quiere decir que le quitamos 13 ceros a la moneda; siendo que una moneda de valor $1 actual, equivaldría a M$N 10.000.000.000.000; es
decir a 10 billones de peso moneda nacional. Actualmente y si hacemos una comparación desde la existencia de nuestra última moneda, el peso argentino con el dólar, tenemos que en el 2001 1 peso equivalía a 1 dólar; y hoy 19 años después, ese mismo peso equivale a 1 centavo de dólar; es decir la nada misma.
¿Pero que es la inflación realmente y por qué es tan dañina? El enfoque correcto nos dice lisa y llanamente que la inflación es la desvalorización del poder adquisitivo de la moneda; lo que significa en simples palabras que, cada vez que quiero comprar un mismo bien o adquirir un mismo servicio se necesitará más unidades monetarias (más billetes) de la misma moneda para hacerlo. Y esto ocurre porque la expansión de dinero fue mayor que la producción de bienes lo que eleva el nivel de los precios de la economía. Y, como bien sabemos, es el gobierno (a través del Banco Central) el único capaz de hacer política monetaria; y por lo tanto, el único responsable de la inflación. Esta definición deja al descubierto la verdad; ya que de lo contrario, si definiéramos a la inflación solamente como el aumento sostenido de los precios de los bienes y servicios en un período determinado; se corre el riesgo de pensar que la inflación es culpa del carnicero (que aumenta el precio de la carne); del panadero (que aumenta el de pan) y del lechero (que aumenta el de la leche); cuando en realidad tanto estos (vistos como empresarios) como los consumidores somos las victimas de la inflación y no sus causantes. Y si todavía es escéptico observe el mundo y verá; que de la infinidad de Países apenas 10 tienen problemas de inflación (Venezuela, Zimbabue, Argentina, Irán, Sudán, Liberia, Angola, Haití, Turquía y Egipto). ¿Acaso no hay empresarios en el mundo? ¿Solo en Argentina hay empresarios que causan el incremento de los precios? En todo el mundo hay empresas y empresarios que ofrecen sus bienes y servicios y sin embargo no tienen problemas inflacionarios; y el hecho es, justamente, porque el único causante de la inflación es el gobierno ya que es el único capaz de controlar la cantidad de dinero en la economía.
Dadas las circunstancias, en el mes de marzo el gobierno, ha expandido la oferta monetaria como hace mucho no ocurría: casi 600.000 Mil millones de nuevos Pesos; cuando en febrero por ejemplo la expansión había sido de 7.000 Mil millones solamente. Un incremento del 7830% respecto del mes anterior, lo que representa un agregado de 1/3 de la base monetaria en tan solo un mes.
Ahora bien; la maquina de imprimir dinero esta trabajando 24x7x365; ahora preguntémonos entonces por la producción de bienes: cero. El País entero esta parado hace 30 días sin funcionar en cuarentena extrema; la producción es cero; la cadena de pagos se ha cortado por completo y el empleo “pende de un hilo” muy fino; con la gravedad de la actual negociación por la deuda y las declaraciones del Presidente de la Nación, tales como: “Prefiero un 10% más de pobres que 100.000 muertes”; como si una cosa fuese distinta de otra; como si la economía y la salud estuvieran separadas. Un 10% más de pobres no es más ni menos que 4.5 millones de personas nuevas en la pobreza; siendo que es en nuestro propio País donde hay 1 muerto cada 10 horas por desnutrición; y esto según datos oficiales del propio Ministerio de Salud.¿Cuántos niños más morirán de hambre si entramos en el juego de la economía y la salud? Esto no es un juego; la economía y la salud son dos caras de una misma moneda.
¿Cuánto crecerá la economía este año? Después del terrible párate (quién sabe hasta cuando) se estima que nada. De hecho todo lo contrario. El FMI estima que el PBI de Argentina caerá -5,7% para este 2020; cuando la estimación del ministro de economía, Martin Guzmán para el mismo año era de una caída de apenas -1%. Esto significa que; y según ultimo informe del FMI; la Argentina será el País de la región que más le ha afectado el hecho de frenar su economía; siendo que las mismas estimaciones para Uruguay son del -3% de caída; o apenas del -1% de caída del PBI para Paraguay.
La situación ya esta gestada. Por un lado, la máquina de imprimir dinero funciona a todo vapor; y por el otro, las máquinas de hacer bienes y servicios están paradas. Será cuestión de tiempo y esperar; pero de lo que si es seguro es que detrás de todo esto nada bueno puede estar por venir.