¿Pueden las costumbres volverte libre o esclavo?
En Inglaterra las costumbres que tanto peso tienen, nacieron de leyes que las crearon. Es decir que hay un margen de decisión y autonomía de la política y la legislación para corregir a la sociedad, explica Montesquieu en su libro El Espíritu de las leyes.
Sería un buen análisis para tener en cuenta en Argentina donde esto no sucede. Un buen ejemplo es la ley de acceso a la información pública. Ahí la presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se quedó con “el famoso silencio” que le deja a la oposición. Esa ley podría lograr un buen cambio de costumbres, dónde la transparencia se volvería la regla y no la excepción. Caso contrario deciden apoyar una nueva ley de inteligencia, de lo cual podría preguntarme, ¿Qué clase de costumbre quieren legitimar?.
Así también podría nombrarse otro de los tantos casos dónde también eligió “el silencio”, que es el caso del Vicepresidente Boudou. Costumbres argentinas de zafar mirando para el costado. O más cerca todavía, hacer silencio sobre la muerte de un Fiscal, cuando una de las banderas de este gobierno es defender las muertes políticas que pasaron en este país, vale aclarar que las madres de plaza de mayo nacieron con marchas de silencio. Entonces hablar mal de una marcha por una muerte durante su propio gobierno es algo disparatado y contrario a sus supuestos principios inquebrantables.
Una vez mas y de acuerdo con Maquiavelo, el ejemplo y las acciones generan costumbres, teniendo un análisis dual entre leyes e historia de cada país. Este gobierno ni cumple las leyes ni respeta la historia, hace silencios cuando conviene y reinterpreta la realidad a su favor. Creo que es clave definir cuáles son los valores y costumbres que queremos tener como sociedad, ya que esas costumbres, respaldadas en la estructura de leyes, son el camino que marcan un destino y un marco de acciones permitidos.
¿Queremos estar como estamos? ¿Hasta dónde pensamos llegar con la viveza criolla a lo largo de los gobiernos?