Las instituciones políticas argentinas, de mal en peor

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De acuerdo al último índice del Foro Económico Mundial (FEM), Argentina es uno de los países con peores instituciones públicas del mundo, ocupando el puesto 137 de 140 países evaluados, sólo por encima de Mauritania, Chad y Venezuela.

El índice de instituciones públicas, mide, a partir de valores que van de 1 a 7 (siendo 1 el mejor, 7 el peor), la calidad de las  instituciones a través de subíndices como: derechos de propiedad, ética y  corrupción, independencia de la justicia, performance del sector público y seguridad. El valor obtenido por el país es 2,7. Otros países de la región obtuvieron mejores números: Uruguay ocupa el puesto 29 con 4.7, Chile ocupa el puesto 32 con 4.6 y Brasil el puesto 122 con 3.1.

La calidad de las instituciones en términos comparados

El primer subíndice, derechos de propiedad, indica el grado de seguridad con respecto al mantenimiento de la propiedad privada que poseen los individuos y las empresas. Este índice es muy importante a la hora de evaluar la entrada de empresas extranjeras a los diferentes países, así como la llegada de inversiones o la formación de compromisos comerciales; una baja calificación puede llevar a  la instauración de cláusulas de seguridad para el cumplimento de los compromisos. El país ocupa el puesto 133 con 2.9 puntos (manteniendo el intervalo de medición), y otros países vecinos ocupan los puestos 89 (Brasil, 3.8), 37 (Chile, 4.8) y 32 (Uruguay, 4.9).

En el segundo subíndice, ética y corrupción, se mide la creencia en los políticos, la desviación de fondos públicos hacia fines privados y los pagos irregulares y sobornos. Argentina ocupa el puesto 137, sólo por encima de Brasil, Paraguay y Venezuela. Las noticias sobre corrupción divulgadas en estos países (con diversos partidos políticos implicados) generan incertidumbre y desconfianza en el resto del mundo, sobre todo aquellas que cuentan el enriquecimiento ilícito de funcionarios y personalidades cercanas al poder. La inexistencia de enjuiciamiento de funcionarios y  el ocultamiento de los implicados repercute negativamente en estos índices. Por ello, Chile, ocupa el puesto 33 del ranking (retrocediendo solo 8 puestos respecto al año anterior): allí un funcionario sospechado de corrupción renunció a su cargo y se presentó a la justicia.

El tercer subíndice, denominado influencia indebida, evalúa la independencia de la justicia con respecto al poder y el “favoritismo” en las decisiones de los funcionarios de gobierno.

El último ítem es el más observado por inversores y realizadores de obra pública, ya que un país que no licita de forma transparente sus obras públicas no resulta en absoluto tentador. Argentina, aquí, ocupa el puesto 135, con una alta incidencia de los “amigos del poder” en las decisiones de gobierno, siendo el segundo peor país en este índice, por delante de Venezuela. Uruguay ocupa el puesto 22, por delante de Estados Unidos y Francia. Chile ocupa el puesto 32, y Brasil el 112. El informe del año anterior (2014) resalta que países como Uruguay y Chile son serios y se encuentran en vías de redistribución de la riqueza e inclusión social de los sectores desfavorecidos.

El cuarto subíndice, la performance del sector público, registra las siguientes variables: el despilfarro del gasto público, la carga en la regulación gubernamental, la eficiencia del marco legal en el establecimiento de disputas, su eficiencia en el desafío a las normas y la transparencia en las políticas de gobierno. Argentina ocupa el puesto 138, sólo por arriba de Italia y Venezuela. El peor indicador que posee el país es el relativo al despilfarro del gasto público, basado en la discrecionalidad del uso del presupuesto público, el exceso de publicidad oficial y el enorme tamaño de la burocracia, que, de acuerdo a estos informes, es ineficiente. Los países con mejor desempeño del sector público son aquellos que se han modernizado, que han digitalizado la información disponible y eliminado una buena parte de la burocracia. Es por eso que Uruguay ocupa el puesto 58, ya que todavía no ha registrado los cambios necesarios para lograr la eficiencia necesaria. Chile, en el puesto 32, se encuentra en la mejor posición de América Latina. Brasil, por su parte, se encuentra en el puesto 137.

El último ítem, seguridad, se compone de las variables crimen organizado, costo del negocio del terrorismo, costo del negocio de la delincuencia y confiabilidad en los servicios que brinda la policía. El país se encuentra en el puesto 109 con un dato relevante: ocupa el puesto 46 dentro de los costos del negocio del terrorismo. Esto indica que Argentina no es un país propicio a ataques terroristas de cualquier índole, y el gobierno ha realizado diversas acciones para fomentar ese clima. Sin embargo, hay un dato alarmante: es uno de los países con menor confianza en sus fuerzas de seguridad. Y esto no es menor: un país que no cree en sus fuerzas de seguridad es un país con debilidad en todas sus instituciones públicas. Chile ocupa el puesto 32, Uruguay el puesto 56 y Brasil el puesto 94 en este ranking.

Qué es el Foro Económico Mundial

El Foro Económico Mundial (FEM; WEF por sus siglas en inglés) es una organización privada, internacional, independiente y sin fines de lucro, que involucra a líderes empresariales, políticos, intelectuales y sociales de todo el orbe, quienes comprometidos a mejorar el estado del mundo, buscan influir en las agendas industriales, regionales y globales de los países.

Todos los años, el FEM lleva a cabo conferencias en distintas partes del mundo para tratar temas actuales de impacto global, entre los que se destaca el Foro de Davos, en Suiza, donde normalmente  participan los CEOs de las empresas más influyentes del mundo, jefes de Estado e intelectuales de renombre internacional. El presidente argentino, Mauricio Macri, participará de este encuentro.

Este foro elabora diversos indicadores que son aceptados a nivel mundial, como el informe global de competitividad, el informe mundial de brecha de género y el informe de viajes, los cuales cuentan para realizarlo con variables e indicadores mundialmente aceptados.

Esto no quiere decir que haya que aceptarlos como la verdad absoluta, pero aquello que se visualiza al inicio del artículo debe constituir una alarma para modificar las instituciones públicas del país y ser más transparentes y eficientes, ya que países con mejor sector público pueden lograr sortear las inequidades y las ineficiencias del sistema económico con mayor facilidad. Y Argentina tiene la misión fundamental de lograr un desarrollo tal que permita igualdad de oportunidades y libertades para todos los habitantes. Con números claros  y aceptados como éstos, es hora de cambiar el rumbo.

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