Los medios de comunicación: ¿culpables o inocentes?

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Esta nota parte de que la Iglesia Católica (a diferencia de numerosos sectores antikirchneristas o antigobierno) ha puesto bajo la lupa la cobertura de los medios de comunicación en los casos de linchamiento. Como bien señala el documento, el rol de los medios en nuestra sociedad es importantísimo. De allí que el tratamiento de los diversos temas que presentan deba ser asumido con la máxima responsabilidad.

Tienen una función primaria: informar sobre la realidad que es muy compleja para que la podamos ver directamente, sin intermediarios. Es decir, simplifican la realidad. Además, cumplen otra función que no es menos importante: como afirmó alguna vez Bernard Cohen y confirma luego Maxwell McCombs en la «teoría del establecimiento periodístico de temas» , los medios, aún cuando no sean eficaces en decirnos <cómo pensar>, sí nos indican sobre <qué pensar>. Es decir, los medios de comunicación de masas configuran nuestras opiniones políticas en una dirección (y no en otra). Según esta visión, no habría nada de «objetivo» y «neutral» en nuestras formas de tratar la realidad social y política, ya que tendemos a seleccionar aquellos temas (y problemas) que nos vienen «impuestos» por los medios. No elegimos libremente en el sentido estricto de la palabra.

A esta altura alguien me podría acusar de kirchnerista y de estar a favor del discurso actual del gobierno nacional. Pero mi intención real es aportar un poco de claridad a uno de los temas que hace años tiene en vilo a buena parte de los argentinos: el rol de los medios de comunicación en la sociedad y en la política. Para algunos, los medios no reflejan más que la realidad. En la normalidad de los casos, reflejan, a modo de espejo, lo que sucede en la sociedad y son una institución de por sí confiable.

En el lado opuesto se encuentran aquellos que creen que el tratamiento de los temas que éstos emprenden esta económica y políticamente (partidariamente) determinada, distorsionando la realidad. Al menos, esta última afirmación vale para una algunos diarios y canales de televisión. Esta afirmación tendría su justificación en que los medios son empresas capitalistas que, como tales, intentan maximizar su utilidad y posicionarse competitivamente en el mercado. Esta justificación, de todas maneras, chocaría con la idea de estos sectores políticos de que los medios se organizan monopólicamente. Pero, sin entrar en mayores detalles, mi posición en este artículo se sitúa en el medio de estas dos posiciones.

Los medios de comunicación, de ninguna manera, son neutrales. Las «cosas» suceden, es cierto. Pero la selección de temas (y el criterio de relevancia que cada tema adquiere) es realizada por los medios de comunicación de masas, nunca de manera desinteresada. En relación a la posición de buena parte de la izquierda argentina de que la actuación de los medios está política y económicamente determinada, me gustaría señalar lo siguiente: aún cuando esta aseveración sea cierta, los medios no suelen mentir o presentar hechos falsos, a fin de no perder credibilidad y reputación entre la gente.

Por otro lado, existen otros intereses en los diarios no estrictamente ligados a la política partidaria y la economía. En este sentido, puedo nombrar el componente ideológico, el apego científico y el saber profesional además de la honestidad y transparencia (la búsqueda de una verdad construida intersubjetivamente con suficiente consenso) que caracteriza a muchos periodistas.

En fin, espero que este artículo sea un aporte más al debate que los argentinos nos debemos en un tema tan delicado y que aún genera controversias adentro y afuera de la altas esferas del poder.

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