El nuevo INDEC, en búsqueda de credibilidad

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Con la publicación del índice de precios del mes de mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) el nuevo gobierno macrista, busca poner fin a ocho años de descrédito sobre las cifras difundidas por el organismo. Desde enero de 2007, cuando gobernaba Cristina Fernández de Kirchner, bien sabido es que, su secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dispuso el cese de la directora del área que calculaba el Índice de Precios al Consumidor (IPC), Graciela Bevacqua, alegando que las cifras del organismo no reflejaban adecuadamente la evolución de los precios que el Gobierno negociaba con las grandes cadenas de supermercados.

Luego de ésto, incluso, desde que La Cámpora copó el organismo todo, muchos de los ex trabajadores terminaron renunciando y con licencias psiquiátricas. Comenzó así un período en que los actores de la economía desconfiaron cada vez más de la independencia técnica con el que el INDEC realizaba sus estadísticas, a tal punto que consultoras privadas salieron a ofrecer sus propias estimaciones. E incluso resultaron multadas por Moreno también. El propio “indice Congreso –entonces con el PRO de oposición, publicaba sus propias mediciones.

Como el índice de inflación incide en el valor de la canasta básica, sobre la cual se establecen las líneas de pobreza e indigencia, pronto se cuestionaron también estos indicadores, hasta tal punto que se dejaron de publicar en 2013. Las cifras oficiales de inflación se fueron alejando cada vez más de las estimaciones paralelas, tanto que en 2015 el INDEC, estimó que la inflación llegó a 16,5 por ciento, mientras los índices privados la situaban en el doble, casi 30 por ciento.

La falta de datos sobre la evolución de la pobreza llevó a varios periodistas a cuestionarlo todo, incluso los verdaderos índices de pobreza. Para ese entonces, el ministro de Economía, Axel Kicillof, llegó a afirmar: «yo no tengo el número de pobres, me parece que es una medida bastante estigmatizante».

En su campaña electoral, el actual presidente Mauricio Macri prometió devolver la independencia al INDEC y entregar estadísticas profesionales y transparentes sobre todos los sectores de la economía y la sociedad. Pero para ello, debía dar el alerta. En diciembre, su administración decretó «emergencia estadística» por un año con el fin de suministrar a las nuevas autoridades del INDEC (ahora de Jorge Todesca) de herramientas legales para normalizar su funcionamiento.

Fue entonces cuando, el Indec «dispuso las investigaciones requeridas para establecer la regularidad de procedimientos de obtención de datos, su procesamiento, elaboración de indicadores y difusión»; según un texto publicado por el propio organismo. Una de las medidas simbólicas para restaurar la confianza fue volver a contratar a Bevacqua, una experta en matemáticas. Pero no pasó mucho tiempo hasta nuevas dificultades. Bevacqua y el nuevo director del Instituto, Jorge Todesca, chocaron en cuanto a los plazos que se requerían para volver a tener un índice de inflación confiable; en una rueda de prensa en enero, la funcionaria dijo que debían «comenzar de cero» para reconstruir el IPC, tarea que llevaría aproximadamente ocho meses.

El Gobierno, en cambio, quería contar con un índice en 60 días cosa que no ocurrió; el Gobierno tuvo que contentarse con índices de inflación provinciales para manejar en las negociaciones salariales con los sindicatos. Como consecuencia de estas disparidades Bevacqua decidió renunciar.

En principios de abril, un Índice de Precios al Consumidor (IPC) restringido a Capital Federal y el Gran Buenos Aires, se publicaba y la medición era realizada sobre los índices de San Luis y de la Ciudad de Buenos Aires (CABA). De acuerdo al IPC San Luis, durante el primer cuatrimestre la inflación acumulada fue del 13,4%.

En la segunda semana de junio, el nuevo INDEC publicaba que “el costo de vida se encareció 4,2% de abril a mayo en la región metropolitana”. Con el Tarifazo y los nuevos aumentos en servicios privados; la medición, que incluye la recolección de unos 83.000 precios de 607 productos tomados en 3200 comercios de la región, arroja que existen subas en: Alimentos y bebidas (+3,7%); Educación (+3,2%); Equipamiento y mantenimiento del hogar (+2,9%) e Indumentaria (+2,3%). En tanto que los Gastos de esparcimiento (+2%) o para la Salud (+1,7%).

En fin, el nuevo INDEC, busca credibilidad con Argentina y con el exterior. Veremos que sucede.

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