Patricia Bullrich: coraje y firmeza para derrotar la inseguridad
La designación de Patricia Bullrich como ministro del área de seguridad fue inesperada por muchos sectores de la opinión pública. Sin embargo, al ahondar un poco en su carrera política y en sus características personales, dicha elección se puede comprender perfectamente.
La firmeza y determinación de Patricia Bullrich son rasgos que se plasman dentro de su fortaleza política, motivo por el cual es convocada desde hace más de quince años para atacar los temas de agenda más apremiantes y con mayores costos políticos.
Es recordado su enfrentamiento con Hugo Moyano, al planificar un programa de transparencia sindical desde el Ministerio de Trabajo para atacar los vicios de la poderosa corporación que encabezaba el líder de los camioneros. Eso demuestra una capacidad de tratar sin miedo temas sensibles que afectan a esferas de poder establecidas.
En este contexto, es entendible la elección de Patricia Bullrich como la encargada de una de las áreas más sensibles en la actualidad argentina. Cabe destacar que la funcionaria no es nueva en los asuntos de seguridad: entre 1999 y 2000 trabajó como secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Asimismo, como legisladora formó parte de las comisiones de Seguridad, Seguridad Interior y Control de los Organismos de Inteligencia. Durante su gestión en el Congreso Nacional, impulsó la ley de Seguridad Pública y Ciudadana.
Por tanto, es sencillo advertir que el nuevo Gobierno Nacional buscó una figura fuerte para ocupar el Ministerio de Seguridad y revertir así el rol pasivo de su antecesora, María Cecilia Rodríguez. Por otro lado, la nueva ministra va a contar con Eugenio Burzaco (ex jefe de la Policía Metropolitana) como secretario de Seguridad. Es posible que con la presencia del nuevo secretario se haga más fácil el traspaso de los recursos de la Policía Federal al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
Junto con el Ministerio de Economía, la cartera de Seguridad dirigida por Patricia Bullrich tiene uno de los desafíos más importantes de la agenda del nuevo Gobierno: frenar la escalada de la inseguridad a nivel nacional. La primera medida tomada, el declarar la emergencia nacional en seguridad, es a todas luces acertada.
Su tarea de aquí en adelante no es simple y requerirá esfuerzo, determinación y transparencia. Un trabajo de semejante magnitud deberá desarrollarse juntamente con las fuerzas policiales nacionales, provinciales y municipales, por lo que será fundamental un acuerdo de todo el arco político para que la política de Estado en materia de seguridad sea viable y eficaz.