Peronismo, fascismo y comunismo: diferencias y similitudes
Como cada año electoral en la Argentina, el peronismo se perfila como principal protagonista en la contienda presidencial. Ante la abultadora diferencia a favor obtenida en las PASO por la fórmula FF, resurgen los debates acerca de si es este un peronismo de derecha o de izquierda, si será promercado o de tendencia proteccionista, y así varios dilemas de índole político-económico que desvían el foco de la realidad: el peronismo es tercera posición, lo que en algún momento llamamos fascismo. En esta columna quiero destacar algunas características del fascismo y su semejanza con el peronismo, su versión autóctona.
El fascismo nace en Italia, en el período de entreguerras, cuando ni el capitalismo burgués ni el proletariado comunista lograban hacer pie en un país devastado que no podía levantar cabeza. Así, de la mano de Benito Mussolini, un ex activista del socialismo con educación marxista nace un movimiento que revolucionaría las masas y que llevaría al poder a algunos de los mas perversos dictadores de la modernidad. Cabe aclarar que el fascismo no es una ideología totalmente definida, ya que se ha adaptado a diversas situaciones y realidades, lo que nos permite encontrar características fascistas en gobiernos comunistas, por caso, aún cuando el fascismo es claramente anticomunista. Pero es interesante detenerse en los ejes ideológicos del movimiento, en sus estandartes, para poder así notar la gran similitud con nuestro querido peronismo.
El fascismo es ante todo nacionalista, totalitario, patriota, tradicionalista y corporativista. Sobre esto podemos discurrir largo tiempo, pero con un breve repaso de estas características es suficiente: el fascismo adopta el concepto de nación como la expresión humana de la Patria, y como tal, rinde culto a todo lo propio como si de divinidad se tratara, y bajo esta bandera, lucha contra lo que suele llamar el imperialismo extranjero (judíos, estadounidenses, rusos, británicos); es totalitario, porque el estado es el todo y todo debe ser dentro del estado. La absoluta regulación de todos los aspectos de la sociedad es política primordial de este movimiento, y la libertad de acción solo es aceptable si no perjudica al Estado; es tradicionalista, puesto que la adoración de la patria rechaza todo tipo de influencia cultural extranjera, lo aceptado es lo nacional y popular; es corporativista, porque su visión del capitalismo es completamente sujeta al poder estatal, no hay libertad de acción en la economía, ni para los burgueses (capitalismo) ni para las clases obreras que quieran organizarse (comunismo); los sindicatos son centralizados y solo pueden existir bajo la aprobación del estado.
Y lo mas significativo es la fusión Partido-Estado, largos años de adoctrinamiento infantil y juvenil logran generaciones completas que creen que Partido y Estado son una misma cosa, y que el Estado solo puede funcionar si está bajo el gobierno del Partido. No hay opciones, todo lo otro es malo.
Para finalizar, podemos ver que, desde su tercera posición, ajenos a la disyuntiva capitalismo – comunismo, los gobiernos fascistas usan indiscriminadamente las retóricas de ambos movimientos para fidelizar y asegurar el poder. Pueden ser super conservadores, religiosos de la primera hora y aliados de la Iglesia (siempre y cuando ésta se someta al Estado) y también progresistas. Capitalistas desarrollistas (promoviendo la industria privada nacional) y socialistas pregonando la lucha de clases y la exaltación del obrero sobre el opresor. Pero es sólo eso, retórica, demagogia, discursiva al servicio del poder. El único fin del fascismo es este, el poder, y no está de más recordarlo cuantas veces sea necesario.
Cualquier ciudadano argentino que lea estas líneas, no tardará mucho en reconocer los rasgos principales del peronismo, desde su inicio militar que deviene en militante, su retórica exacerbada que moviliza a las masas, su fidelización del pueblo, su adoctrinamiento, su “todo dentro del Estado”, etc. Eso es, ni más ni menos que eso, un movimiento fascista que solo quiere poder. Está en su esencia, y este año no será la excepción. Lo que está en juego es la libertad, y todo país que resigna la libertad resigna su futuro.
buscaba las diferencias entrefascismo y comunismo, pero de comunismo no explica nada, termina siendo una artículo que sólo intenta demostrar que el peronismo es fascista (coincido que es así y está bien explicado) y sugiere que no deberíamos votarlo si deseamos mantener valores republicanos.
El título es engañoso lo cual le quita mérito en mi humilde opinión.
Siempre el mismo verso. Según las circunstancias, acusan al Peronismo de «fascista», «conservador», «socialista» y hasta «comunista». Lo que el anti-peronismo no puede entender, es que uno de sus mayores logros, fue transformar una «masa numeral» en un «pueblo esencial».