Podemos, emergente del malestar social
El 15 de mayo de 2011, una multitud de ciudadanos españoles decidió salir a las calles para manifestarse contra un sistema económico que consideraba injusto, y una clase política displicente a su demanda de transparencia en la gestión pública. Surgían los indignados, quienes realizaron sucesivas protestas en medio de un contexto donde similares tipo de actos fueron registrados a lo largo y ancho del mundo.
En los comicios generales llevados a cabo el mismo año, este movimiento pasó desapercibido. Sin embargo, hacia mayo de 2014, ya tenga voz y voto en el Parlamento Europeo merced a los diputados de Podemos, formación que obtuvo gran cantidad de votos en las recientes elecciones a las Cortes Generales, efectuadas hacia fines de diciembre.
Hoy da, ante un nuevo llamado a las urnas, este partido se presenta aliado a Izquierda Unida, y amenaza al socialismo con arrebatarle la jefatura del sector progresista. Por tal motivo, resulta esencial analizar los lineamientos que hacen a su ideología.
Explicando los ejes de la plataforma electoral
Desde sus inicios, Podemos se muestra a favor de un referendo por el cual quede claro si el país debe continuar siendo regido por una monarquía, o debe virar hacia un esquema republicano. Esta postura es fiel a su defensa de la democracia participativa, herramienta considerada indispensable para que asuntos clave resulten definidos por la población, y no la llamada casta.
Dirigentes como Pablo Iglesias, Iigo Errejn y Juan Carlos Monedero argumentan que la esfera de toma de decisiones se encuentra circunscripta a algunos pocos funcionarios, quienes actan en consonancia con banqueros, empresarios y demás integrantes de poderes ficticios.
Otra herramienta que tendera a revertir la anterior situación se basa en la figura de revocatoria de mandato, utilizable cuando el presidente y sus ministros no cumplan con la palabra sostenida durante la campaña.
En materia social, Iglesias promueve la universalización de la cobertura sanitaria, el otorgamiento de mayores medios de defensa y prueba para deudores hipotecarios, y la sanción de una ley educativa incluyente -medidas relacionadas con los derechos de segunda generación, que pasarán a tener sustento en la carta constitucional-.
Respecto al ámbito de la política exterior, Podemos apuesta por garantizar un asilo a los inmigrantes, aplicar un impuesto global sobre la riqueza y reconocer al Estado palestino. Asimismo, se opone el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión, y pugna por revestir a España con mayor autonomía al interior de la OTAN.
La realidad, un serio desafío para Podemos
Ahora bien, teoría y praxis no siempre van de la mano, y eso puede ser visto en territorio heleno, donde Syriza aliado internacional de los morados debió dejar de lado algunas medidas acordes a su filosofía, para adoptar duras reformas económicas con la mira situada en la obtención de nuevos préstamos por parte del Eurogrupo.
Como el diseño de la ley electoral prácticamente asegura al Partido Popular la mayoría en la Cámara Alta, los senadores de centroderecha se encontrarán en condiciones de impedir toda reforma de calado que impulsase la agrupación de Iglesias, ya sea que este cumpla el rol de primer ministro, o bien ejerza otras tareas en un Gobierno liderado por los socialistas.
En relación al último punto, los hechos son adversos al armado de una coalición integrada por el PSOE y Podemos. Cuando los dirigentes de la segunda formación propusieron un pacto mediante el cual se reservaban la Vicepresidencia y numerosos ministerios, el equipo de Pedro Sánchez no dudó en catalogar la iniciativa como chantaje.
Para llegar al Palacio de la Moncloa, si bien es necesario ganar las elecciones, madurar políticamente se muestra indispensable. La carencia de actitudes dialoguistas con los demás partidos y sectores sociales, así como la fascinación por el ideal bolivariano, resultan inoportunas.
Moderación y progresismo no necesariamente son antónimos.