¡Qué mundo tan rebelde!
¡Qué mundo tan rebelde, tan incomprensible, la mediocridad y la ignorancia nos atrapa una vez más en cada conflicto, si así puede llamarse a las lamentables guerras que ocurren a nuestro alrededor, en donde solo los verdaderos artífices de estas desgracias entienden el por qué y el cómo de semejante atrocidad, solo quienes conviven con ella pueden realmente conocer en primera persona el sinsentido a tantas muertes inocentes, independientemente de donde se lo mire, porque la vida humana vale demasiado para tener que tolerar una guerra que solo satisface las necesidades de quienes dominan el poder y en su mayoría de los medios económicos que las sostienen.!
Escribir esta nota con la misión de dar a entender el por qué de una guerra o intentar exponer una solución no es mi intención, sino, buscar remarcar una atroz identidad de nuestra sociedad, en la cual la indiferencia es el adjetivo calificativo más característico de hoy en día.
El silencio, la ignorancia neta del resto de la población para con quienes padecen la crueldad y la saña de una guerra religiosa o sin sentido, para con quienes el sonido de un pájaro en el amanecer se ah vuelto algo utópico, en un mundo reacio a querer conocer la miserable vida diaria de aquellos niños, hombres y mujeres víctimas del terrorismo, que utilizan su inocencia para remarcar su victimización o en el peor de los casos para obligarlos a convertirse a una religión a la cual no quieren pertenecer para luego decapitarlos a sangre fría, como en épocas medievales en donde todo valía.
Uno podría contrastar estos dichos diciéndome que en los foros de internet ha condenado estas atrocidades, a lo que le contesto que hacerlo desde ese punto es parte hipócrita de la ignorancia, creer que por defender y condenar un accionar desde los foros sociales es meritorio de una eximición a esta crítica es nefasto. Seamos realistas, a nadie le importa un simple comentario en una red social o un blog, hecho desde la comodidad de un hogar.
Miles de personas en todo el mundo, que se han jactado de progres y fieles defensores de la paz mundial se han manifestado contra Israel por su accionar en la franja de Gaza, hecho políticamente correcto si se toman en cuenta la mirada moral sobre la consecuencia de una guerra, pero, ¿y en el resto de los demás conflictos? Ni una sola manifestación o repudio generalizado.
En el estado islámico se decapita a todo aquel que no profese el islam y se cuelga su cabeza con orgullo en plazas públicas además de cientos de atrocidades más. En Siria, la guerra civil se ha cobrado más de doscientos mil civiles. En Nigeria el grupo terrorista Boko Haram secuestra mata y viola con impunidad absoluta. El conflicto en Ucrania ya lleva cobradas más de mil víctimas. En Corea del Norte existen campos de concentración para aquellas personas que no van con los ideales del régimen, además de las atroces ejecuciones. En Venezuela el régimen chavista tortura y mata a través de sus fuerzas guerrillera a la población local que no comparte el ineficiente gobierno de Maduro. En fin, la lista es interminable, pero hay una realidad triste de entender en donde pareciera que solo en los conflictos en los que se ve envuelto el estado hebreo desatan la indignación mundial y el repudio constante.
Seria grandioso que aquellas personas que alzan su voz contra el accionar israelí en Gaza también puedan hacerlo con el mismo énfasis y empeño en los anteriormente mencionados conflictos.
El silencio y la indiferencia mundial es la peor arma en una guerra o conflicto bélico, el estar callado, y mirar para un costado es el arma más letal que se puede utilizar para con aquellas personas que padecen estas confrontaciones.
No ser cómplice del silencio es apoyar a aquellas personas que padecen las enormes consecuencias del propio ser humano. Reaccionar y entender a tiempo ante estas cosas, es y será nuestra eterna responsabilidad mientras el terror gobierne este triste y maravilloso mundo.