Querido Francisco, por favor no venga, sus amigos hacen mucho daño
Francisco, se lo pido como laico consagrado, sus actitudes están alejando católicos de nuestros templos.
Querido Papa Francisco, hasta que no se le aclaren las ideas sobre la Argentina, mejor no venga. Con estos amigos que usted tiene, no necesitamos más enemigos. Juan Grabois, un Kirchnerista, que nunca vio pobreza, ni inseguridad, desconocía la inflación, la corrupción, pero ahora cree que que combatir a los narcotraficantes es hacer propaganda, este muchacho es de la banda de los Vera, Valdés, Moreno, Cascales, De Vido, Boudou y otros que hacen todo lo posible para que este gobierno no termine. Además de todo esto es uno de la máximos consultores del Papa Francisco en todos estos temas que el no ve, y que descubren recién con Macri. Como dice Jesús, «miran sin ver, escuchan sin oír». Querido Papa Francisco, no haga lo mismo que en Venezuela, donde sus interlocutores le mentian y hoy hay un pueblo que está en guerra civil.
Para Juan Grabois, titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), con acceso directo al Vaticano, el allanamiento a la villa 1-11-14 así como la liberación del piquete que impedía la normal circulación por la avenida 9 de Julio, son «medidas propagandísticas, en el marco de la campaña electoral».
«Es más fácil hacer un allanamiento y militarizar una villa que meterse de verdad con quienes se benefician de la violencia en las villas, que en general viven en Nordelta y comen en Puerto Madero; no son gente humilde de un barrio», aseguró Grabois, uno de los dirigentes cercanos al papa Francisco.
En declaraciones a Radio Splendid, el dirigente social recordó que él mismo hizo denuncias que siempre terminaron en nada. «El Estado tiene claramente identificados sectores y a las personas que ejercen el narcotráfico y pareciera ser que no tienen demasiado interés en hacer absolutamente nada», señaló.
Juan Grabois, abogado, católico, peronista, es además el asesor del Consejo de la Justicia y la Paz del Vaticano y hombre cercano al Papa Francisco.
Hijo de Roberto «Pajarito» Grabois, histórico dirigente peronista y fundador del Movimiento de Trabajadores Excluidos, y ahijado de Julio Bárbaro, Juan Grabois, que forma parte de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), fue criado bajo las premisas de justicia social, soberanía política e independencia económica. Desde allí adhirió a la doctrina social de la iglesia y en 2005 conoció al entonces Cardenal Jorge Bergoglio.
Hoy, con 34 años, es uno de sus hombres de mayor confianza.
«En la Argentina pasan cosas que contradicen el pensamiento social de Francisco. En mi barrio se calefaccionan a leña, pero subió al doble por el tarifazo de gas. La gente, además, se llena los pulmones con humo, por no tener conexión de gas», aseguró Grabois.
«Nosotros lo que vamos a hacer son ollas populares en distintos puntos del país. Se aprobó una ley que no financia a las organizaciones sociales. Se aprobó una ley que todavía no se implementó y no se erogó un solo centavo de las partidas presupuestarias, que tiene como objeto la lucha contra la indigencia en la Argentina», afirmó Grabois. Por toda esta influencia, nada se dijo sobre lo que pasa en Venezuela, dice Grabois.
Francisco y el Nuevo Justicialismo Económico (buen vivir o economía socialista del siglo XXI)
Queremos una economía al servicio del pueblo, donde la riqueza y el ingreso se distribuyan con justicia, donde el salario sea fuente de dignidad, donde no haya explotación ni exclusiones.
Queremos una economía donde los principales resortes estén en manos del gobierno popular.Nuestras minas, nuestro petróleo, nuestra tierra, nuestro comercio exterior, nuestro transporte, nuestros servicios públicos, nuestra salud, educación y recreación son demasiado importantes para estar en manos del mercado.
Los trabajadores podemos gestionar las grandes fábricas sin necesidad de patrones como demostraron las empresas recuperadas, podemos distribuir los alimentos sin necesidad de intermediarios que se quedan con la parte del león, podemos cultivar el suelo y cuidar el medio ambiente si la tierra se distribuye en partes iguales.
Esta economía no va contra la iniciativa individual, no pretende eliminar todo tipo de propiedad privada, sino en primer lugar poner la economía al servicio del pueblo y no del dinero, pone la propiedad al servicio de la comunidad y no del lucro individual. Tal vez así algún día logremos llegar a una sociedad donde “cada uno aporta según su capacidad y cada uno recibe según sus necesidades”.
Tampoco niega el desarrollo de la individualidad, que es muy distinto al individualismo. Nuestro principal objetivo es que todos los compañeros puedan disfrutar de su tiempo para desarrollarse como personas, crear, amar, jugar, divertirse, compartir con familia y amigos, disfrutar del arte y la cultura, hacer deportes, contemplar el mundo, conocer su Patria. En muchos países se está intentando desarrollar esta nueva economía, comunitaria, cristiana, humanista, solidaria. En Ecuador, Bolivia o Venezuela, de distintas maneras, se intenta avanzar hacia un nuevo orden económico dónde no sea el dinero sino las personas y las familias lo que esté en el centro. (Cuaderno 3, Cap. 10, pp. 35-37.
Pero también en Cuba, Ecuador, Bolivia o Venezuela, puede verse, aunque no de una manera muy distinta, los estragos que causan una economía socialista, o de capitalismo estatizado, donde, a nombre de erradicar la pobreza y desigualdad, se multiplican de manera exponencial los pobres y los desiguales, que pasan a convertirse en los pretextos para que feroces dictadores barran con la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Son países cuyos gobiernos cuentan con el apoyo y beneplácito del Papa Francisco, seguro que por intermediación de socialistas como Grabois, quien le suministra munición a ateos convictos y confesos como Maduro, Correa y Morales para realizar uno de los sueños más acariciados por el comunismo ateo: acabar con la Iglesia Católica tradicional.