Siria, una guerra dolorosa e interminable

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Se calcula que por la guerra civil Siria murieron alrededor de 250 mil personas, el 60% de la población vive en la pobreza y hay más 12 millones de desplazados. Esta tendencia, lejos de disminuir, aumenta cada día.

Una mirada hacia el pasado

Imágenes de la Guerra Civil Siria

En un comienzo, el conflicto estuvo influenciado por las revoluciones de la Primavera Árabe, en la cual civiles salieron a las calles a exigir profundos cambios en los gobiernos de gran parte de los países árabes, como en Túnez, Egipto, Libia y Baréin. Reivindicaban principalmente la democracia, la libertad de expresión y los derechos civiles. La primavera árabe tuvo como consecuencia el derrocamiento de gobiernos autoritarios como el de Libia y Egipto.

En Siria, la crisis comenzó a inicios de 2011, cuando parte de los ciudadanos sirios se alzaron, en una serie de protestas, contra el gobierno de Bashar Al Assad. Los civiles reclamaban más libertades y plena democracia, así como también un mayor respeto de los derechos humanos. Los Al Asad gobernaban Siria desde hace más de 30 años.

El gobierno de Al Asad respondió reprimiendo violentamente las protestas, desatando de esta manera el comienzo de la guerra civil. Una parte de la sociedad civil y sectores del ejército se alzaron formando el Ejército Libre de Siria. Otros grupos opositores radicales y extremistas como ISIS, luchan también en la actualidad por el derrocamiento de Bashar Al Asad.

Asimismo, la guerra Siria se desató por un cúmulo de factores, la razón no se encuentra solamente en la primavera árabe. Hay también un enfrentamiento por razones religiosas (Sunies vs Chiitas) y geopolíticas, por la importancia de la ubicación de Siria para los intereses de las potencias mundiales y la lucha entre los paises árabes por alcanzar la hegemonía regional.

Se estima que los rebeldes y el Ejército Libre de Siria, habían sido financiados desde un comienzo por Estados Unidos, Turquia y la Liga Árabe (especialmente por Arabia Saudita y Qatar, cuyos gobiernos son Sunitas). Del otro lado, Rusia, Irán y Hezbolá, ayudan militar y económicamente a Bashar Al Asad para mantenerse en el poder.

Migrar por la supervivencia

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La guerra civil siria, desatada en Marzo de 2011 entre los «rebeldes» y el gobierno de Bashar Al Asad, continua actualmente, diluyéndose con el correr de los días las esperanzas de las civiles, que frente a la desesperación y la búsqueda de la supervivencia, emigran a países vecinos como Libia, Turquía, Jordania, o a destinos más lejanos de Europa.

Se estima que son más de 6,34 millones las personas desplazadas dentro de Siria. Los países más receptores, son Turquía, Líbano y Jordania, y en Europa, Grecia e Italia.

Entre 1,3 y 1,5 millones de habitantes sirios han buscado refugio en Turquía y más de un 1 millón en Líbano (cuya población es de aproximadamente 4.200.000 habitantes). Asimismo, según la Agencia de Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), 350.000 personas han cruzado el Mediterráneo desde principios de año (de ellos 107.000 solo en julio). Durante 2015 han muerto en el intento más de 2.500.

Una guerra sin fronteras

La interdependencia y la globalización no solo facilitan las comunicaciones, sino también el daño que pueden sufrir los países por actores transgubernamentales como los grupos terroristas. Asimismo, la guerra no solo genera costos en los beligerantes y en los países vecinos, sino también en el resto del mundo.

La guerra Siria aparece una vez más en la agenda de los medios como producto de la crisis migratoria que se vive en Europa, que se ve triplicada por las migraciones de los países en guerra y de algunos ciudadanos de origen africano.

Para la población de occidente fue chocante ver, en las orillas del mar, la imagen del niño sirio Aylan muerto. Gran parte de los mandatarios europeos cambiaron pragmáticamente su discurso esta semana cuando en realidad el problema del éxodo de Siria, impulsado por la guerra y el Estado Islámico (EI), está latente desde hace más de 4 años.

Percepciones del futuro de Siria

Es muy difícil hacer futurología con la situación de Medio Oriente, especialmente con la guerra Siria. Incluso muchos expertos no pueden explicar o predecir esta realidad. Porque la guerra siria no se termina si se conquista un territorio y el conflicto no se extinguiría con la caída del dictador Bashar Al Asad. Enfrente se encuentran grupos radicalizados y extremistas, que luchan por cuestiones más allá de instaurar una democracia o destituir a un dictador.

Asimismo, existe un temor latente en los que apoyan a los rebeldes y a Bashar Al Asad de que el Estado Islámico tomé más poder y territorios en la región. Por eso, Bashar Al Asad tiene implícitamente el apoyo de Estados Unidos. Aunque Washington continúa proveyendo asistencia militar al Ejército de Siria Libre (rebeldes), a la vez bombardea posiciones del Estado Islámico dentro de Siria, algo que beneficia al gobierno sirio.

Mientras exista el pragmatismo y se impongan los intereses de aquellos que participan expresa e implícitamente en la guerra, es decir, mientras continúe el “tire y afloja” según su conveniencia, aspiraciones y estrategias geopolíticas, la población civil seguirá sufriendo los costes de una guerra, que parece interminable.

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