Isis y el fundamentalismo islámico
En sintonía con lo que sucede en la mayoría de los conflictos, el efecto más patente de las acciones terroristas de determinados grupos fundamentalistas islámicos es darle argumentos a los halcones del enemigo que afirman combatir. Charlie Hebdo sería el preludio de muchas tragedias posteriores si Europa enfrenta esta problemática segregando aún más a su población musulmana. |
En los recientes hechos terroristas ocurridos en Francia en la revista Charlie Hebdo, ha quedado en evidencia una situación que venía gestándose desde hace varios años: el fracaso de las políticas de multiculturalismo e integración en la población musulmana de Europa.
Estos sectores de la población que no han logrado integrarse en la sociedad de los distintos países europeos que los albergan, han demostrado ser un semillero para los grupos terroristas y fundamentalistas islámicos que utilizan y deforman el Islam para justificar y cometer sus atrocidades.
Los grupos fundamentalistas como el ISIS aprovechan a los sectores empobrecidos y marginales de Europa para reclutarlos entre sus filas y convertirlos en asesinos despiadados que luchan por crear en Medio Oriente un califato, denominación que recibe una de las primeras estructuras políticas del mundo musulmán surgidas tras la creación del imperio islámico en el siglo VII DC. El ISIS considera que puede borrar las fronteras de los Estados modernos de Siria e Irak (que se crearon posteriormente a la Primer Guerra Mundial, fruto del acuerdo Sykes-Pycot) e instaurar nuevamente el califato de la época del profeta. El salvajismo brutal demostrado por esta organización hacia quienes considera sus enemigos la hemos podido observar a través de las redes sociales y los diarios del mundo. Ahora bien ¿Cuál ha sido el error de los gobiernos europeos que han fracasado en su política de integración de la población musulmana?
En los países musulmanes hay una gran cantidad de población que considera que la Sharia (Ley islámica) es la mejor manera de gobernar una sociedad. Esto NO quiere decir que el Islam sea una religión violenta e intolerante, sino que la religión es una fuente de derecho para legislar la vida en el mundo musulmán. El terrorismo islámico surge del pequeño porcentaje de este sector que considera que la Sharia puede imponerse por la fuerza y por lo tanto llevarse al resto del mundo por delante, sobre todo a los musulmanes moderados quienes no adhieren a su visión extremista. Los países árabes por sobre todo están pasando una etapa de crisis en la cual la legitimidad del Estado esta más que cuestionada y en los cuales hay una guerra interna entre el extremismo islámico y los sectores laicos. Hoy lo que podemos observar es a sectores de la juventud europea alabar las acciones genocidas del ISIS e incluso quienes desean ser parte de la organización y viajan a Medio Oriente en consecuencia.
No obstante, también es importante analizar por qué se habla más de las atrocidades cometidas por una organización como el ISIS cuando en Arabia Saudita se acaba de condenar a muerte a un ciudadano por renegar de la fe musulmana. ¿Por qué a este país, aliado estratégico de Estados Unidos, se le permite incurrir en graves violaciones a los derechos humanos al utilizar la visión wahabita de la Sharia contraria a las convenciones internacionales vigentes?
Ahora bien, frente a esta situación lo que se nos presenta es la siguiente. ¿Qué puede hacer Occidente para combatir o contener al extremismo islámico y evitar futuros Charlie Hebdo? El accionar del ISIS y demás grupos fundamentalistas le terminan haciendo más daño al Islam que cualquier caricatura satírica que haga referencia a esta religión, a los únicos que benefician con las atrocidades que comete el terrorismo es a la extrema derecha que consideran que la única solución y manera de lidiar con este problema es con fuerza militar y más violencia.
A los únicos que realmente favorece el terrorismo no es a la causa que pretenden defender si no a los halcones que buscan utilizar métodos represivos contra la población musulmana. Europa no debe darle la cara a esta problemática en este sector poblacional y debe buscar la manera de integrar a los musulmanes marginalizados a la sociedad o si no se correrá el peligro que sean cooptados por otro tipo de fuerzas de carácter destructivo. En ese caso, Charlie Hebdo sería el preludio de muchas tragedias posteriores.