¡Tanta miopía molesta! Es correcto y adecuado el fallo del juez Gallardo
No han pasado ni dos semanas desde que el juez Gallardo, ordenase suspender y bloquear todo servicio de las empresas de delivery Glovo, Rappi y Pedidos Ya, dado que persisten en no apegarse a la Ley N° 5.526; dicho bloqueo abarca también el uso de tarjetas de crédito y apunta a que el gobierno de Larreta asuma su responsabilidad como Estado y garantice la seguridad de los chicos que se auto emplean en este tipo de actividad.
Pareciera que el magistrado ha cometido una barbarie contra la ley e incluso hay quienes colocan su fallo al nivel de una vendetta política, cuando absolutamente no es así. Gallardo ha sido asertivo en cuanto a su ordenanza y más aún, ha ido más allá, al tratar de comprender cómo funcionan las nuevas plataformas de trabajo, en medio de un contexto jurídico y legal en el que las leyes de trabajo en nuestro país deben reformularse, dado que en su momento fueron diseñadas pensando en otro contexto socio-laboral.
El juez, limita su decisorio al cuidado, primero de la vida humana, y segundo, del bienestar social; haciendo un análisis amplio y genérico de un grupo pequeño que, si bien, están en condiciones laborales precarias y penosas, existe una comunidad mucho más grande (la sociedad) y es en ella en la que se pensó al momento de tomar su decisión.
Es por ello que el magistrado ordenó suspender las actividades de las plataformas de reparto hasta tanto las empresas regularicen la situación de los repartidores, tal como se resolvió en una resolución cautelar dictada por la Cámara de Apelaciones del fuero el pasado 10 de julio.
También el titular del juzgado fundamento su decisorio en los informes que recibe semanalmente de los hospitales de la CABA, en donde demuestran la cantidad de accidentes y siniestro viales sufridos por los conductores de las apps de reparto. No solo lo menciona el magistrado, sino no podemos hace caso omiso el caso del repartidor de 63 años, Ernesto, que fue atropellado por un auto el 29 de julio pasado cuando estaba repartiendo un pedido asignado por Glovo.
Por eso molesta tanta miopía por parte de diversos sectores, que ven el fallo un tema político o personal y no legal. Lo que el fallo nos dice es que debemos ver hoy en la Argentina, que legalmente, trabajar en una APP es un desafío laboral y social que, de a poco, derriba toda modalidad laboral o perjuicio social que hayamos conocido y si lo dudan, vean todo el revuelo que el fallo de la Justicia ha provocado.
Lo que poco se entiende, es un amplio marco protectorio que el magistrado explica en su decisorio intentando darle un recuadro tuitivo a una modalidad en expansión y que abarca al 1% de los ocupados registrados del país.
Por otro lado, es importante señalar que las nuevas tecnologías no destruyen puestos de trabajo, no hay que pensar a la transformación digital como una amenaza sino en una nueva forma de trabajo algo que ha llegado para instalarse en una economía informal y un trabajo cada vez más escaso.