Un fuerte cambio se siente, ahora también en el aire

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El presidente de la Nación asumió su cargo el 10 de diciembre de 2015, es decir, hace menos de dos meses. Los cambios en seguridad, el cambio de enfoque en la lucha contra el narcotráfico, la revisión de gran cantidad de contratos laborales y las nuevas políticas económicas ya se sienten.

Pero, ¿era necesario tanto cambio? ¿Está realmente preparada Argentina para un volantazo de este calibre? Ahora el cambio se siente hasta en el aire. El 18 de enero se anunció, antes del viaje a Davos, la dada de baja de toda la flota presidencial de aviones. Los Tango 01, 02 y 03 se encuentran en talleres y hangares de mantenimiento; un mantenimiento que costará cerca de unos 20 millones de pesos. Según la Casa Militar, este es el costo en el que el Tango 01 (usado desde la era menemista) estaba tasado. El propio Macri expresó que «no valía la pena incurrir en ese gasto».

A partir del 19 de este mes, por lo tanto, el presidente viajará en aviones de línea: de hecho, para su viaje a Davos junto a Sergio Massa, Mauricio Macri y toda su comitiva viajaron en un avión de Air France desde Ezeiza. Ésta será la nueva modalidad de vuelo presidencial hasta que se encuentre sustituto de los Tango. Las naves pasarán a ser parte de un museo.

Asimismo, según señalaron fuentes oficiales, los problemas de la flota heredada no se limitaron a ser mecánicos. El Boeing 757 (o Tango 01) sólo era comandado por el ex piloto oficial Sergio «Potro» Velázquez, quien dejó su cargo junto con Cristina Kirchner. La misma fuente señaló al respecto: «Los otros pilotos nunca lo usaron. De este modo perdieron las horas de vuelo necesarias y los ejercicios requeridos, por lo que no teníamos quién lo vuele». Con respecto a sus hermanos menores, el Tango 02 y 03, “ni siquiera había repuestos para repararlos; serán de museo”.

El más moderno de la flota, el Learget-Tango 10, ya realizó varios vuelos, entre otros, a Concordia para visitar las zonas inundadas (lo solía utilizar la ex presidente para hacer trasladar los diarios desde Buenos Aires hacia Río Gallegos, o su hija Florencia para cubrir ambas ciudades en vacaciones). Este último, será el único que quedará activo. La idea entonces será usar los aviones presidenciales sólo en casos puntales. Esta idea, empero, no es nueva; también Cristina Kirchner, en 15 viajes, alquiló aviones a empresas privadas, debido a problemas de mantenimiento en las aeronaves estatales. A modo de ejemplo, durante el año 2012, el Tango 01 estuvo fuera de servicio (101 días, sin piloto para volarlo), el Tango 02 estuvo en los hangares por problemas en el comando de piloto automático (359 días). Y el Tango 03 estuvo inhabilitado por inspecciones programadas (259 días). Fue por esto que, “debido a las insistencias de la Casa Militar avisando de la antigüedad de los aviones”, Oscar Parrilli, exsecretario de la presidencia, justificó la compra de un Tango 04 compartido con Aerolíneas Argentinas.

La flota aérea se completa con tres helicópteros: Un Sikorsky S-70A Black Hawk, un H-01, de 1994, y dos Sikorsky S-76B, el H-02 y H-03, ambos de 1991 que «salen constantemente fuera de servicio». La nueva propuesta es utilizar aviones de línea en el caso de comitivas que requieran de muchos integrantes. Para ello, dos opciones: alquilar aviones privados personales mediante Leasing, o bien, vuelos de línea en una nueva aeronave.

El problema es el siguiente –y aquí volvemos a la pregunta inicial de esta nota-. ¿Era necesario tanto cambio? ¿Está Argentina preparada realmente para un volantazo de este calibre? Si se deja de utilizar la flota por altos costos de mantenimiento, alquilar unos aviones nuevos, ¿no es igual o hasta más caro? De seguro, vuelos como el de Davos en Air France no lo son, pero un avión nuevo –que claramente también habrá que someter a mantenimiento- ¿es necesario y urgente?. La respuesta es: si. Los Tangos Boeing 757/200 que están en servicio desde 1994 ya no sólo son antiguos sino también caros; y para agregar más al tema, sus partes y repuestos son casi imposibles de conseguir en el siglo XXI. .

Desde la Secretaría General de la Presidencia y desde la Casa Militar un nuevo funcionario podría ser contratado para encargarse de la flota aérea presidencial; alguien de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) con pasado en Aerolíneas Argentinas. Desde esa autoridad se habla de que una vez que se desmantele la flota y pase todo a museo, y, ya que en el mercado actual se pueden apreciar modelos de menor envergadura, menor gasto operativo, menor mantenimiento y mayor autonomía que el Boeing 757/200, el nuevo avión del presidente podría ser un Bombardier Challenger 850.

La nueva gestión de Macri realiza un cambio tan profundo que apenas tenemos tiempo de entender el primero cuando nos llega el segundo. Parece que en marzo, al comenzar sesiones ordinarias, se viene una segunda ola mayor, ¿estamos preparados para volantazos de este calibre?.

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