Reforma tributaria: el impacto en las cuentas de Neuquén

En la largada de la carrera electoral, en lugar de colocar en el centro del debate a la especulación relativa a las alianzas, candidaturas y estrategias político-partidarias, el gobierno nacional ha optado por concentrarse en la macroeconomía. Entendiendo que el problema inflacionario ha sido encauzado durante su primer año de gobierno, el Ejecutivo Nacional ha decidido homogeneizar a su gabinete a los fines de enfrentar la razón principal de la recesión: un Estado elefantiásico e ineficiente.

De manera prudente, pareciera que se está comenzando a afrontar una realidad que incomoda, ya que el Estado argentino gasta con voracidad todo aquello que es incapaz de producir habiéndose convertido en un verdadero lastre para el sector privado, único que arriesga, produce y sostiene al paquidermo estatal.

El Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, puso sobre la mesa el problema con el apoyo del presidente y su gabinete de incondicionales para dar los primeros pasos tendientes a reformar el esquema tributario vigente, poniendo el énfasis en la eficiencia de la recaudación y el gasto. Prestando atención específicamente a los impuestos distorsivos, tales como Ingresos Brutos, facultad de las legislaturas provinciales y principal fuente de ingresos de las jurisdicciones subnacionales.

Según ha publicado el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) esta carga equivale a entre el 75% y el 85% de los fondos que se procuran las provincias con su propia recaudación y equivale a 10 puntos extras de IVA. El economista Ariel Barraud recientemente explicó que dicho impuesto es “el corazón” de las recaudaciones provinciales y que su participación fue creciendo en los últimos 15 años por la inflación, la suba de alícuotas y la expansión a distintos rubros, generando crecientes cuestionamientos judiciales. De aquí el interés fundamental en revisar la performance de los gobiernos provinciales y municipales, cuyo nivel de gasto se ha vuelto año a año más difícil de sostener.

Además de tener sistemas impositivos altamente regresivos e ineficientes, la dependencia de los fondos nacionales por parte de las administraciones provinciales en promedio ronda el 40% de los ingresos provinciales, con picos de hasta el 83%, como Santiago del Estero. En este escenario la preocupación pasa por disminuir el centralismo fiscal que muestra la economía argentina y hacer más eficiente el gasto público provincial apuntando a la mejora de los regresivos sistemas tributarios provinciales.

Según declaraciones del economista de FIEL, Juan Luis Bour, en radio Mitre, esta fundación ha sido convocada por Dujovne para trabajar sobre estos puntos diseñando una estrategia para el 2018. No obstante, durante este año se comenzarán a implementar reformas graduales. En principio, desde el Ministerio del Interior, a cargo de Rogelio Frigerio, se premiarán las cuentas sanas en la relación de las provincias con Nación y se comenzará a crear consensos para traspasar potestades tributarias dentro del esquema federal y modificar el sistema de coparticipación, aunque el Ministro Dujovne ha expresado con claridad que considera un sinsentido revisar el esquema de coparticipación sin que a la par se lleve a cabo una profunda reforma tributaria.

El impacto en las arcas de Neuquén

En 2016, Neuquén fue una de las once provincias que más subió su carga impositiva con mayor presión en Ingresos Brutos. Según mediciones realizadas por el IARAF a septiembre, dentro de los impuestos provinciales el que más creció fue Ingresos Brutos, que en términos reales avanzó en Neuquén un 9,4%. Como este tributo genera un “efecto cascada” por lo que se va aplicando en cada eslabón de la cadena, desde la producción a la comercialización, la tasa efectiva termina siendo más alta que la nominal.

En Neuquén, durante el 2016 la recaudación de Rentas se incrementó al ritmo de la inflación. Tomando los índices calculados por el IPC la inflación fue del 40% cuando el incremento de la recaudación fue de 41%. En declaraciones hechas al Diario Río Negro, el director provincial de Rentas, Juan Martín Insua, indicó que Comparado con otras administraciones provinciales, estamos dentro de las tres primeras en el incremento de Ingresos Brutos y de la recaudación total. Un dato elocuente: 807 Millones fue la recaudación de noviembre en Ingresos Brutos, mientras que en el mismo mes del 2015 había sido de 590 millones.

Según información difundida cuando la Legislatura neuquina comenzaba con la discusión sobre el presupuesto 2017, en octubre del año pasado, la recaudación del impuesto a los Ingresos Brutos en Neuquén creció un 48,1% a valores corrientes en tanto que la coparticipación federal trepó un 27%, considerando las leyes especiales como el fondo sojero y el educativo. Mientras las regalías petroleras apenas alcanzan para cubrir alrededor de un 42% del gasto.

La precaria situación financiera de Neuquén quedó reflejada en el debate por el presupuesto 2017. El cual fue aprobado por la legislatura de Neuquén –con apoyo del macrismo y de las colectoras aliadas al MPN- previendo un resultado financiero deficitario de $1.944 millones, con una perspectiva de ingresos alejada de la realidad. Con elevados niveles de endeudamiento, una alta dependencia de las regalías petroleras, un sobreestimado precio del barril criollo, agregado a una excesiva carga tributaria y al hecho de que el prácticamente el 66% de los gastos corrientes se concentra en pagar sueldos, al gobierno provincial no le queda mucho margen para recortar gastos, menos aún con las elecciones de medio término en puerta.

Más aún, con un contexto internacional imprevisto, las perspectivas para la actividad petrolera son inciertas. Reducir los costos en pos de una mayor productividad en Vaca Muerta implica sacrificios para un gobierno provincial que debe esperar para ver resultados. Una mejora de la actividad que no cumpla con las expectativas complicaría las negociaciones con el Gobierno Nacional y con los sindicatos. No obstante, se ha llegado a una situación en la que la administración provincial no puede más que asegurar reglas claras para la llegada de inversiones, ya que años de intromisión del Estado en los mercados solo han incurrido en el despilfarro de los recursos y en un parate de la actividad.

Dadas las circunstancias, la situación de la provincia se ha vuelto cada vez más dependiente de los fondos nacionales, pudiendo sostener una parte significativa de sus gastos gracias a la recaudación de impuestos provinciales que, de manera contraproducente, asfixian a la actividad privada.

En un año electoral, la reforma será gradual

Para alivio de los gobiernos provinciales, una vez más el Estado Nacional propone un camino gradual. Si bien ha comenzado a plantear la situación, para este año no se esperan grandes cambios, los presupuestos ya están aprobados y, en su mayoría, no incluyen reducción de alícuotas ni eliminación de cargas; también están computados los gastos y no podrían desfinanciarse.

Además de las trabas presupuestarias, hay que tener en cuenta que el 2017 es un año electoral. Sea cual fuere el resultado de las elecciones legislativas nacionales, CAMBIEMOS seguirá siendo una fuerza minoritaria en el Congreso y aún necesitará del apoyo de las provincias para poder gobernar.

Asimismo, con las elecciones mediante se vuelve aún más difícil que los gobernadores tomen medidas de ajuste directo sobre las cuentas públicas, aunque lo que se buscará es que adopten algunas decisiones para mejorar la situación fiscal, al menos en los distritos en los cuales la situación es más preocupante. A la vez, se están analizando en detalle las áreas donde se impondrá una mayor austeridad en el gasto a nivel nacional. Se ha adelantado que habrá recortes sustanciales en gastos corrientes y en los gastos de la contratación de bienes y servicios. También, se está planteando una reducción de gastos que tiene el Estado argentino en el exterior.

Por lo pronto, la presidencia de la Nación ha procurado dar tranquilidad anticipando que no se recortarán los fondos destinados a la obra pública, un asunto crucial para los gobiernos provinciales. Sin ir más lejos, Neuquén sólo en obras viales espera recibir más de 4 mil millones de pesos para este año, destinados principalmente a la autopista sobre la ruta nacional 22 hasta Arroyito, el tercer puente entre Neuquén y Cipolletti, la circunvalación de Villa la Angostura y la ruta del petróleo, entre otras.

Mientras en el 2016 el gobierno de Macri buscó priorizar el respaldo político de los gobernadores a cambio de un mayor costo fiscal para las cuentas nacionales, durante este 2017 se anticipa una mayor puja por los recursos, en la cual se espera que los gobiernos provinciales comiencen a trabajar en sintonía con Nación camino a lograr una mayor eficiencia del gasto, crucial para la reactivación económica.

En lo inmediato, en la relación Nación-Provincias el conflicto pasa por las paritarias, empezando por la negativa del Gobierno Federal para la apertura de la paritaria nacional docente de la mano de la provincialización total de la negociación salarial.

Frente a estos desafíos, la posición del gobernador neuquino continúa siendo amable con el gobierno nacional, sin declaraciones estridentes. Los mandatarios provinciales son conscientes de que para lograr una reforma tributaria y una modificación en el sistema de coparticipación, se requiere unanimidad de todos los distritos, con lo cual aún es temprano para avanzar en definiciones. De esta forma, Omar Gutiérrez ha expresado que pretende “un régimen simplificado de impuestos, de fácil fiscalización, armónico, progresivo, que genere justicia social y equidad tributaria”, una frase agradable para iniciar las conversaciones cuyo contenido no se ve reflejado en los criterios con los cuales se administra actualmente la provincia.

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