Debate presidencial: repercusiones de una jornada decisiva

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Millones de personas esperaban en sus casas el arranque de un acontecimiento histórico para nuestro país. Del otro lado, en la mítica Facultad de Derecho, una sala repleta por cientos de periodistas, asesores e invitados que palpitaban en vivo el inminente comienzo del evento. Atrás de ese gran escenario principal: Ellos dos, por primera vez en nuestro país todo se reducía a dos candidatos.

Grandes expectativas se depositaban en un mano a mano que prometía mucho y todas las especulaciones previas se diluían para dar paso a la realidad, y una vez mas (Como ya varias veces en el año) periodistas y encuestadores no acertaron en nada.

El “agresivo Daniel Scioli que se jugaba todo en el debate” no supo transmitir claramente el mensaje que quería, y se enfocó principalmente a hablar de las supuestas atrocidades que iba a llevar adelante su contrincante en el caso de ser electo. De agresivo, no tuvo nada y no logró su objetivo.
En parte, porque se vio acorralado en más de una ocasión por el “Tranquilo y conciliador Mauricio Macri” que en contra de todos los pronósticos, estuvo más picante que nunca. Con gran tranquilidad y posición claramente dominante en el primer round, mostró un repertorio de ironías y chicanas contundentes que dejaron sin respuesta a Scioli, preguntas capciosas e inteligentes hicieron que el candidato oficialista evadiera todo lo que se le tiraba.

Esta fue una de las claras diferencias durante todo el debate. Mauricio Macri estuvo muy preciso con los tiempos, y cuando le tocaba preguntar hacia una breve introducción y lanzaba en sus últimos segundos una pregunta clara a Scioli. Del otro lado, muchas veces el tiempo para preguntar era utilizado para refutar declaraciones pero no había en el discurso una pregunta clara dirigida a la otra parte, incluso excediéndose en muchos tramos provocando una de las mejores frases del debate “Hay que respetar los tiempos Daniel” y muchas veces la pregunta era la misma: ¿Quién va a pagar los costos de la devaluación? Teniendo como respuesta “Tu gobierno es el que mas devaluó en el mundo” y pedidos por parte de Macri para que Scioli no sea su vocero inventando cosas que no va a hacer.

En el segundo round, fue todo más parejo. Macri mostró su faceta más conciliadora y Scioli supo por única vez en el debate, tirar una chicana efectiva. “No pudieron resolver el tema de los trapitos y querés que la gente te crea que vas a combatir el narcotráfico”. (Lo que Scioli se olvida es que el FPV fue quien no acompaño el proyecto en más de una ocasión) Por el lado de Macri, se apuntó a los nulos avances en la lucha contra el narcotráfico en la provincia. Una vez más, ante las referencias de Macri a comentarios de actuales funcionarios del gobierno, Daniel Scioli se intentó diferenciar con frases como “Debatí conmigo, este gobierno termina el 10 de Diciembre” omitiendo sus 12 años de Kirchnerismo.

Para el tercer bloque ya había un claro agotamiento mental de ambos candidatos y el debate bajó su intensidad. Scioli intentó buscar respuestas sobre la oposición del bloque PRO a algunos proyectos oficialistas como estatización de YPF y Aerolíneas, mientras que Macri comprometió a Scioli a tomar cartas en asuntos como Venezuela y el memorándum con Irán marcando una clara diferencia con la estrategia de chicanear a su contrincante elegida por Scioli para este punto, incluso afirmando cosas que no son ciertas. Sin embargo, chicanas o propuestas, ambas partes evitaron responder y orientaron sus respuestas para otro lado.

 

Para el cierre no hubo sorpresas. Scioli continuó con el discurso que sostuvo durante todo el debate, definió a Cambiemos como el camino que “Bajo el engaño de la palabra cambio viene escondiendo el ajuste” y se autodefinió como alguien que interpreta bien a las familias Argentinas.

Macri por su parte apuntó a la conciliación y la unión de todos los argentinos “Ya estuvimos enfrentados. Llegó la hora de aprender de nuestros errores y aciertos. Y sé que se necesita un presidente que hable menos y escuche más”

No hubo grandes sobresaltos y el nivel de debate fue inferior al que todos esperábamos, pero lo cierto, es que a pesar de la repuntada final de Scioli que emparejó el debate, no logró su objetivo. Por su parte Macri que se jugaba mucho, salió ileso de un intercambio que lo tuvo como animador en varios tramos y supo mostrarse con la soltura y tranquilidad que Scioli nunca tuvo.

Festejo estos acontecimientos y ojalá sea el principio de una cultura política que tenga al debate presidencial en primera plana, festejo también que una inmensa parte de los argentinos haya sido parte y me encantaría que a futuro la predisposición de ambos candidatos lleve a un intercambio de ideas real y maduro, en sintonía con la madurez política que logró el país entero en estas elecciones históricas.

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